sábado, 10 de septiembre de 2011

En todo momento

En todo momento está el amor.
Hacia donde miremos profundamente, está.
Una bella mujer esperando.
Un hombre soñando.
En ambos lados de la Tierra.
De noche o de día; estás en el corazón de alguien.
Es increíble que haya personas que opten por lo negativo de la vida, habiendo tantas cosas hermosas.
Criticar y quedarse en ese lado.
Envidiar y no hacer algo mejor.
En todo lugar hay buenas cosas y cada día hay alguien con ganas verdaderas de amar.
La bondad trae más bondad.
Las buenas acciones tienen la mejor recompensa y no es material, sino emocional.
Lo que uno hace por el otro, se recibe de una manera especial; interiormente se movilizan sensaciones que nos alegran.
Alguna vez hemos querido y hasta quizás hayamos amado con el alma.
En algún momento, ese recuerdo sale a la luz y cerramos los ojos para mirarnos por dentro y nos inundamos de felicidad al saber que dimos lo mejor de nosotros y que alguien nos amó.
No pensemos en que hoy ya no está; duele haber dado todo.
Pero nos tiene que satisfacer a nivel humano saber que dimos lo mejor e hicimos lo posible.

No estamos vacíos de amor por haber amado.
Estamos llenos de esperanzas de volver a intentarlo; de pensar y creer con todo el corazón que esa otra mitad que nos guia hacia la perfección del amor, está.
Es probable que hoy exista una idea básica en tu mente; un boceto de cómo es ese ser.
Es posible que ya lo conozcas y que al estar delante, te invada esa sensación inocente de timidez, de no saber qué hacer; de toda la dulzura y pureza que se puede expresar cuando uno desea estar con alguien; cuando una pequeña charla se transforma en horas de placer.
Tomate unos minutos y pensá en el amor real; el que querés para tu vida.
Pensá en que cuando estás mal y te sentís en la oscuridad, alguien puede hacerte brillar.
Que todo el cariño acumulado está reservado para quien te merezca como persona.
Que cuando mires algo bello en la calle, algo que ha sido dado por la naturaleza, querés estar a su lado para mirarlo juntos.
Juntos, en pareja, acompañados; por siempre en sus vidas.
Que la eternidad sea el hogar en donde vivan cuando ambos se entreguen al amor.
Que pierdan la conciencia al saber que ese día tan ansiado ha llegado.
En todo momento se puede ser una muy bella persona y se puede hacer el bien.
En el árbol de la vida hay muchas ramas en donde encontrar a la persona que te acompañará siempre.
La sabiduría del amor real, llegará a vos como el gran secreto revelado y conocerás el único lugar donde la única regla y ley, es amar incondicionalmente.
MARIANO SANTORO