A muchos nos ha tocado transitar por caminos difíciles.
Pero también, nos llegan por algún motivo.
No existe el azar cuando uno quiere progresar.
Todo viene desde la fe y los deseos puros que salen del corazón.
Hemos caminado por arena y varias veces nos hundimos y otras, luego de haber caminado por horas, nos dimos cuenta del cansancio.
Hemos caminado, porque hemos vivido.
Y en cada ruta dimos lo mejor de nosotros.
Hoy, cuando queremos proponernos nuevas metas, ya que la superación personal es una misión; notamos que la felicidad se puede hacer real y visible.
Ver a personas que salen de su encierro; que dejan atrás cargas para seguir camino.
Y nadie sabe qué vamos a encontrar, pero algo hay y con la ayuda de Dios, llegaremos a destino.
Porque destino es igual a Dios.
Llegar a él.
Y si hoy vemos piedras, no son tan complicadas de pasar ya que Dios jamás hará algo que no podamos superar.
Tengamos cuidado, caminemos despacio, la meta seguirá ahí, en nuestro horizonte.
No adelantemos pasos, ni corramos, ya que podemos tropezar.
Cuidemos la integridad, física y la emocional.
Cuidemos nuestra mente y nuestra salud.
Cuidemos nuestro corazón y nuestra vista para diferenciar qué es bueno para nuestra vida y seguir por ese lado.
Puede haber días de sol o de lluvia; puede haber rocas que pueden resultar papeles abollados.
La realidad se vive y se practica.
Siempre hay un amanecer diferente y siempre hay caminos distintos; pero la meta es solo una.
Si realmente uno quiere ir, todo se logrará y parecerá un milagro.
Todos hacemos milagros aunque varíen los niveles.
No es cuestión de ni siquiera perder tiempo; todo es ganancia cuando se experimenta y se vive en carne propia.
Podemos aconsejar y recibir palabras de estímulo.
Podemos sentir cosas muy profundas por alguien y podemos estar profundamente agradecidos.
Podemos tener y guardar secretos y podemos compartir nuestro secreto para ser felices.
Quiero creer que puedo querer.
Quiero crecer para poder seguir creyendo.
Quiero llenarme de paz, para tranquilizar mi mente.
Caminemos el camino que queramos y si notamos que se complica, pidamos ayuda.
Siempre tendremos la mejor recompensa y más, si sabemos que al llegar, estaremos eternamente felices y llenos de amor.
MARIANO SANTORO