Los colores nos alegran la vista cotidiana.
En cada color tenemos muchos mensajes.
Y a la vez, algunos nos limitan a ser nosotros mismos pero de una manera más relajada.
Hay quienes piensan que todo es blanco o negro.
Limitaciones que no permiten crecer.
No se puede o no se debe ser extremista ya que siempre hay momentos en los que podemos cambiar esos pensamientos.
No cerrarnos a lo que esté por venir; a lo que la vida nos quiera mostrar.
Si nos ponemos a recordar algunos instantes de lo que vivimos, es muy probable que diferenciemos a cada uno con un color diferente.
Cada estado anímico tiene su color.
El amor, puede tener su propio color cuando combinamos el nuestro al de la persona en cuestión.
Vivir con colores luego de haber pasado por períodos muy oscuros.
Todo lo negro suele pertenecer a lo que nos dañó; al momento más terrible.
Y lo blanco es lo más puro, es nuestra alma hecha color casi transparente, ya que al mostrarnos tal cual somos, nos vemos así.
Desnudos de sinceridad.
Mezclando el rojo pasión con el blanco angelical nace el más hermoso rosa.
El secreto está en fundirnos en el otro.
En permitirnos ser más de lo que somos.
De creer que aún hay mucho más y mejor para nuestras vidas.
La vida es más bella si le ponemos colores.
Pintemos cada día con nuevos colores.
Que de nuestra mente salga lo mejor de nosotros.
Que no existan límites en nuestra imaginación.
Seamos pintores de nuestra vida.
Tenemos a mano millones de motivos para ser felices y le podemos poner el color que más nos guste.
MARIANO SANTORO