Fechas que marcan un viaje a los recuerdos; esos en los que las ilusiones viajaron a un mundo de amor eterno.
Compromisos hechos desde el corazón; sueños despiertos que quedaron adormecidos por el destino.
Y hay rastros de tristeza porque extraño.
Y extrañaré momentos y abrazos.
Muchas cosas hice y haré en el nombre del amor.
Diré nombres pero solo mi corazón sabe como llamarte.
Por dónde pasa la exigencia si la soledad es presencia?
Recorro lugares y paisajes y te sigo encontrando en mi corazón.
Fuiste color y pasión.
Fuiste puertas y caminos.
Y si alguna vez pensás en mí, estaré.
Y si alguna vez dejás caer una lágrima, te daré fuerzas a la distancia.
Esa distancia que separa cuerpos pero une almas.
Una tarde, un momento del día en que apareciste y una huella comenzaba a formarse en mi ser.
Eran pisadas suaves, como todos los momentos que vivieron en mi mente.
Inventé caminos para los 2 y vos abriste algunas puertas.
Volamos estando acostados.
Fuimos, somos y seremos recuerdos.
Como las mamushkas, un recuerdo dentro del otro y todos forman la palabra amor.
Muchas cosas suceden en el mundo para no querer aislarme y viajar en el nombre del amor.
Sé que ese lugar existe, porque lo conocí.
Dios me lo ha mostrado y me dio la llave.
No lo he visitado desde hace tiempo, pero sé que quiero vivir en ese lugar.
Un cielo de estrellas invisibles que forman tu nombre y me lo recuerdan.
Las nubes que se cruzan por mi mente no logran confundirme.
Sé lo que quiero y se llama amor.
Y quiero alejarme del tiempo que no me deja llegar.
No existe el tiempo cuando se habla con el corazón.
No existen separaciones cuando los momentos son fragmentos de felicidad.
Porqué limitar sensaciones si mi alma se expresa con emociones?
Tengo paz, armonía, tranquilidad, recuerdos, inteligencia, corazón, imágenes, amor.
Tengo paciencia, esperanza, romance, leyes, alma.
Y aunque tenga muchas cosas y me sienta orgulloso; tengo fe que aún hay más para mí.
Cambia mi energía al saber que el amor todo lo puede.
Cambia mi estado de tan solo saber que existe el amor eterno.
Alguna vez hubo lágrimas y dolor, pero hoy ya ni siquiera son parte del pasado.
No se reciclan momentos amargos, se viven los nuevos.
Y habrá muchas rosas de papel, fotos y cartas.
Y no es cuestión del azar, saber que me tocan a mí.
Porque siento la paz que vive en mí cuando estás en mí.
En el nombre del amor, te adoro!
MARIANO SANTORO