lunes, 30 de abril de 2012

El tiempo que te atrasa

Han sido muchas las horas de esfuerzo y sacrificio en las que pusimos muchas expectativas para lograr quien somos hoy.
Hemos pasado por tantas situaciones incómodas que hoy, nos asombramos de todo lo que vivimos.
Por eso mismo debemos seguir camino por nuestra fe y por todo lo que invertimos.
Si nos quedamos, nos atrasamos.
Todo tiempo que ha pasado, las miles de horas en las que planificamos y en muchas no conseguimos lo que tanto deseábamos.
No ha sido fácil y nadie nos dijo que iba a ser de otra manera.
Simplemente vivimos.
Hoy, tenemos metas, tenemos misiones y seguimos sumando planes; porque la vida nos regala momentos, nos da una inmensa cantidad de sorpresas que nos llenan todo el vacío que supimos conseguir.
Hoy, miramos el reloj y las horas perdidas.
Recordamos las horas vividas y los minutos eternos esperando que llegue lo que tanto queríamos.
Nos adueñamos de cosas y de personas incluso antes que fueran nuestras.
Y no somos objetos; somos personas con deseos, con sentimientos, con ganas de caminar hacia el mejor camino que Dios nos tenga a modo de obsequio por todo lo que pasamos.
Las pruebas seguirán y debemos dar gracias, ya que por esas pruebas, crecemos.
Nos alimentamos de momentos únicos.
Nos rodeamos de personas que llenan nuestro vacío emocional.
Nos emocionamos porque el corazón está en carne viva y nos sorprende encontrar a gente como nosotros; que sigue creyendo en la amistad, cree en la confianza, cree en que todo es posible si hay comunión, si hay humildad y si todo sale de la más sincera esencia de lo que somos.
Es extremadamente agradable saber que somos muchos los que queremos lo mismo.
La felicidad deja atrás la soledad.
La amistad, deja atrás ese círculo que ya creíamos cerrado.
Y en la apertura mental, nos encontramos en que siempre estuvimos preparados, salvo que nos dimos cuenta tarde y que el freno, lo poníamos nosotros.
Dejábamos nuestro reloj emocional sin pilas, absolutamente descargado y seguíamos viviendo por inercia; hasta que un día ese reloj se paró y luego de un tiempo de estar parados, sin rumbo y descolocados ante la modernidad donde nos tiraban abajo toda la sana crianza que tuvimos; nos dimos cuenta que aún no habíamos empezado a vivir.
Volvimos a mirar ese reloj que estaba tan cerca nuestro y nos encariñamos y nos propusimos darle cuerda y cuando vimos que las manecillas, que esas agujas ya iban hacia adelante, una sensación plena nos confirmó que ya era tiempo de vivir la realidad.
El tiempo es hoy, el tiempo es ya mismo y debemos empezar a hacer ya, todo lo que anhelamos, porque en la acción, nos motivamos a seguir creciendo a todos los niveles.
Paremos un instante tan sólo para ver lo que nos impide seguir; alejemos lo que nos atrasa y si hay un tiempo que perdimos, vayamos en busca del que tenemos adelante.
Miremos la hora, juntemos fuerzas, respiremos hondo y decretemos lo que más queremos para nosotros.
Ese es el primer paso para dar.
Y ese, es el primer minuto para sentirnos felices por todo lo que hacemos por la humanidad y en la que somos parte.
MARIANO SANTORO

miércoles, 25 de abril de 2012

Hay algo que me falta

En el alfabeto de la vida, hay muchas cosas que podemos desear:
Amistad, Bondad, Cariño y mucho más.
A medida que vamos creciendo, vamos dejando de lado lo que nos ata a un pasado o a una determinada edad y lo hacemos porque ya no nos deja algo en nuestra vida; creemos que cambiando y adquiriendo nuevas cosas, seremos felices; al igual que un niño con un chiche nuevo.
Pero no necesitamos juguetes, sino, experimentar emociones y sensaciones distintas; esas que nos provocan a querer más y más.
Eso que nos hace hacernos adictos a la presencia de otra persona.
El extrañar porque cuando no está a nuestro lado, nos sentimos perdidos; sentimos que nos falta algo.
No se trata de algo material y es ese otro ser que al estar delante, nos llenamos, nos inundamos de alegría y nuestro cuerpo expresa los mejores deseos y sentimientos que no se pueden expresar.
Es lo que nos hace sentir orgullosos y contentos de estar con alguien, de sentir que podemos ser parte de su vida sin sacarle espacio y a la vez, llenar nuestro espacio, llenar de amor nuestro corazón, nuestra alma y todo nuestro ser.
Es en donde la mente nos trae todos los recuerdos bellos que pasamos junto a esa persona.
Todo se tiñe de colores fascinantes; todo se transforma y sentimos que no hay maldad, que no hay algo que nos pueda dañar, porque a cada segundo que pensamos en esa persona que nos complementa, nos llenamos de amor, nos llenamos de la más dulce ternura y es ahí, en donde volvemos a agradecer a Dios por poder vivir y poder sentir algo así por alguien, ya que cuando expresamos lo que nuestra esencia quiere decir, recibimos placer.
Son muchas las cosas que una pareja puede vivir y no importa el tiempo que hayan estado o sigan estando juntos.
Cada momento es único, cada instante es el que el destino quiso y quiere que vivan.
El amor se siente de diferentes maneras y nos sentiremos de la mejor manera que se podría, ya que todo es sentimiento puro.
Podríamos estar mirando a nuestro alrededor y empezaríamos a notar todo lo que nos falta, desde lo más pequeño a eso que todavía se hace desear.
Cosas, objetos, materiales que nos llenan la vista, pero el corazón, seguiría con su vacío.
Lo mejor de uno mismo, se llena con todo lo que no es posible tocar.
Por eso, quizás, sintamos que hay algo que nunca nos llega, que es inalcanzable, porque solamente lo percibimos cuando ya está en nosotros.
El amor se siente; el verdadero amor es algo que no se toca, pero si nos toca el alma, comenzamos a derretirnos y le damos paso a las sensaciones.
Una persona llega a nosotros y en algún momento, si es que es la voluntad de Dios, comienza a ser mucho más que una persona, es la que nos brinda lo que nos alegra, la que nos motiva a hacer el doble de lo que veníamos haciendo.
Nos hace admirar y mirar la vida con los ojos del amor.
No sientas soledad, no sientas que te falta algo material ya que eso no te hará feliz.
La felicidad se consigue de otra forma.
Siendo uno mismo, siendo buena persona.
Se logra amando incondicionalmente y cuando llega la tan soñada conexión, nos descolocamos de emoción sabiendo que siempre buscamos eso y no sabíamos dónde buscar.
Lo que necesitamos está muy cerca.
Lo verdaderamente hermoso de la vida, está demasiado cerca; por eso es necesario abrir los ojos del alma y mirar y dejarnos sorprender.
Hoy miro hacia atrás y puedo ver una gran vida vivida.
Sé que quise con todo mi ser y sé que tengo mucho por delante.
Sé muy bien que hay algo que me falta.
Y , eres la respuesta a todas mis preguntas!
MARIANO SANTORO

domingo, 22 de abril de 2012

Vida

Al vivir, es probable que no nos demos cuenta la cantidad de poderes que tenemos.
Quizás no conocemos nuestras limitaciones, ni de lo que somos capaces de lograr para nuestro bienestar.
La fortaleza interna, esa que nos hará siempre hacer lo mejor por nuestros seres más cercanos; lo que haremos para superar cada miedo, cada problema, cada inconveniente.
Sabemos que atrás hemos dejado muchos ladrillos que nosotros mismos hemos quebrado.
Muros de prejuicios y de negatividad que están muy lejos y cada vez, nos alejamos más.
Aprendimos que la maldad nos llevará a un camino sin rumbo y daremos vueltas en torno de cosas que no nos sirven.
Estudiamos y supimos que en nosotros está la única y más respetable decisión de elegir qué vida vivir.
Un día nos dimos cuenta que salimos a jugar y nos encontramos con algo fascinante, con todo un mundo completo que puede ser nuestro y podemos ser quien queramos, siempre que seamos libres de lo que alguien crea que somos.
Ya abandonamos mochilas que empujaban nuestra espalda hacia un suelo tan sucio que por momentos, éramos el mismo polvo, de tan rotos que nos sentíamos.
Pasamos por lo que teníamos que pasar para ser lo que hoy somos y poder mirar que delante, está la verdad.
Arriba, siempre está protegiéndonos a modo de techo eterno, nuestro amado Dios.
Y en este paraíso que hemos descubierto, nos sentimos libres de pesos ajenos, de cosas que quieran imponernos.
La libertad es vida y vida es lo que queremos vivir.
Vida es amar sin culpas.
Vida es extrañar y hacer pequeñas obras que se edificarán y dejarán las huellas eternas que marcarán el rumbo a los que nos quieran seguir.
Y acá estamos, creyendo día a día y más y más, que estamos con una gran misión y que mientras sigamos nuestro camino, ese que por momentos nos costó encontrar, nos vamos llenando de coraje, de habilidades y de fortaleza interior y que el viento nos querrá empujar en la propia cara todo lo que nos frene, pero paso a paso que damos, en más fuertes nos transformamos.
Hay un destino, hay un camino, hay una misión y todo en esta hermosa vida que vivimos.
Ya no sirve ni tiene validez quejarse de cosas que no tienen sentido, porque el único sentido es saber quién somos en esencia, en nuestra más pura humanidad.
Que en cada sentimiento que expresamos, dejamos mucho en la persona que lo recibe.
Que en cada acto de esta gran obra que nos toca actuar, hay un público muy grande que día a día, nos alienta a seguir y que en cada aplauso, en cada abrazo y en cada beso, nos dicen mucho más que palabras.
Y siempre existirá una gran llave que abrirá todas las puertas que se presenten y todo lo que hagamos de corazón se cumplirá.
Y esa llave es: GRACIAS!
MARIANO SANTORO

jueves, 19 de abril de 2012

Seguí tu corazón

Había una vez una personita que comenzó a crecer y a creer en todo lo que la vida le estaba mostrando.
Fue formando su personalidad y a definir lo que no quería para su vida.
Hubo momentos duros y golpes que la vida le puso a modo de prueba y supo pasarlos de la manera que pudo, sin saber si era correcto o no, pero superarlos era el objetivo.
La vida la obligaba a crecer de manera apresurada, hasta quizás matando etapas de inocencia.
Pero la inocencia no se pierde por ser adulto, sino por dejar de ser siempre uno mismo.
Y la gran experiencia de apostar al amor, era su primera y gran misión.
Jugó y dio todo, soñó y se permitió hacer lo que quiso.
Y no hay equivocaciones ni culpas cuando uno da todo de sí mismo.
Cuando se da amor, no siempre se recibe amor; pero mientras nosotros lo hagamos y sepamos que estamos haciendo bien, ya estamos satisfechos.
La ambición personal quisiera que nos amen de la misma manera, pero a veces la vida no piensa lo mismo que nuestra razón.
La lógica de los sentimientos es que no hay lógica, porque el sentir no se puede limitar.
Y llega un día en que los sueños comienzan a explotar como pompas de jabón y conocemos el dolor.
Nos sentimos confundidos y descolocados.
No podemos entender qué pasa con nosotros y con esos castillos que hicimos, que edificamos.
Y las dudas aparecen y se presentan ante nosotros sin ganas de abandonarnos.
Quieren estar lo suficientemente cerca para seguir amargándonos la existencia, cuando lo más dulce que tiene el vivir es el amor de a dos.
Y seguimos tratando de levantar la vista y no mirar hacia atrás, aunque los recuerdos no nos dejen dormir.
Y un nuevo día, esa personita, vuelve a creer y a confiar en la gente.
Pero lo más importante que hace, es volver a confiar en ella misma, en que puede y está dispuesta a volver a amar.
Y da lo mejor en nombre del amor y así sigue.
Porque en cada problema, hay dos soluciones y hay que saber elegir.
Vivir es simple y la gente lo complica mucho más.
No todo es juego cuando juegan con nosotros.
No todo es sufrir si nosotros jamás hicimos daño.
Son pequeñas confusiones que nos ponen a prueba en este largo examen que nos tocó.
Y la fe, es la que debe acompañarnos todos los días a esta hermosa escuela llamada vida.
Y la fe es la que nos presentará a todos las maestras que nos guiarán para ser mejor persona.
Aprenderemos de la Confianza, de la Amistad, de la Sinceridad y nuestro gran director, Dios, es quien nos ofrecerá una eterna felicidad, si tan solo nos permitimos creer.
Creer en él, creer en nosotros, creer en el amor.
Y llegará una nueva maestra, llamada Libertad que nos dará más amor y nos hará valorar lo que tenemos y a desechar lo que nos daña, lo que nos frene para seguir avanzando.
No seamos prisioneros de una mente que nos dice NO.
Nadie tiene poder sobre nosotros, sino nosotros mismos; somos los dueños y tenemos un gran corazón que nos permitirá seguir soñando y cumpliendo nuestros deseos.
Seguí tu corazón y dejarás las mejores huellas para todos los que quieran ir hacia la felicidad.
MARIANO SANTORO

domingo, 15 de abril de 2012

La necesidad de ayudar

Una de las mayores demostraciones de amor incondicional, es el ayudar.
Todos vivimos y tenemos nuestros propios dramas, pero en la amistad verdadera, también nos preocupamos por los que nos rodean.
En el vacío ajeno, poder llenarlo con esperanzas.
Muchos de los que están cerca nuestro, en nuestro trabajo, en nuestros conocidos, en todo lo que la vida nos ponga a modo de prueba, está el poder ayudar.
Sentir que uno está cayendo a un gran pozo de depresión, donde cuando uno cree que ya ha llegado al fondo, es como que pareciera que aún hay más.
Y es en ese instante en donde debemos parar la mente y dejarnos guiar por nuestra esencia.
Creer que Dios está con nosotros, porque en realidad así es.
Y de alguna manera, la ayuda vendrá por nosotros.
Cuando saludamos, solemos dar la mano y a la vez, estamos brindando nuestra ayuda.
El que cuenten con nosotros en caso de estar pasando un mal momento.
El escuchar, cuando el otro tiene mucho más que palabras de auxilio para decir.
Esos gritos silenciosos que solo se oyen con el alma.
Uno no tiene que pedir permiso para ayudar, simplemente lo hace.
El corazón, nos guia siempre a hacer lo correcto, aunque no existan leyes de algo verdaderamente correcto.
No nos enseñaron a ayudar y ni siquiera nos enseñaron a amar; pero debemos aprender y se hace en la práctica.
Al sentir un cierto cariño por alguien cercano, cuando se van llenando espacios con sentimientos profundos.
Cuando sentimos que la vida gira y nosotros estamos parados mirándola.
Cuando bien en lo profundo de nuestro ser sabemos que hay algo más, nace una esperanza en nosotros.
Y al estar ya empezando a caminar muy lentamente hacia la felicidad, dando pasos pequeños con algo de temor para no repetir historias, sino que queremos obtener recetas para crecer, para seguir.
No hay algo específico, ni reglas, sino que hay amor en el aire; al respirar debemos respirar amor.
Y mientras caminemos o cuando estemos mirando hacia todos lados buscando la salvación, aparecerá una mano, es la que nos tomará muy fuerte y sin necesidad de palabras, sentimos que es la gran necesidad de ayudar y ser ayudado.
Todos nuestros sentidos nos permiten sentir y al expresarlo ante un necesitado, lo siente, lo ve, lo vibra.
Dando una mano, damos esperanza y fe; damos amor en toda su pureza.
Todos en algún momento necesitamos ayuda; para poder cumplir una prueba, para salir adelante ante los problemas cotidianos, ante la pérdida de un ser o de una pareja.
Cuando sentimos que perdimos, nuestro ser va recuperando fuerzas para sentir que ya estamos ganando tiempo para creer y saber que siempre hay una solución.
Cerremos los ojos y abramos el corazón.
Y sin que nos pregunten, tendamos la mano y demostremos que estamos para estar en esos momentos de duda; que estaremos en esos momentos donde la angustia se va comiendo parte de nuestra carne.
Toda solución a cualquier problema, está en nosotros; en la capacidad que Dios nos dio para ayudarnos.
Vamos cobrando y ganando experiencia y lo que recibimos lo damos.
Al ayudar hay un solo interes y es el bienestar de quien estamos ayudando.
En su alegría, nos alegramos.
En su sonrisa, nos emocionamos.
Y en su agradecimiento, nuestro corazón se llena de la luz más hermosa que nuestros ojos jamás habían visto.
Ayudar es una gran experiencia y cuando necesites ayuda, pedila.
Y si no te salen las palabras, el cuerpo y las miradas nos harán saber qué es lo que necesitás.
Y ahí estaré!
MARIANO SANTORO

domingo, 8 de abril de 2012

Renacer

Hoy es el día para renacer.
Hoy es el día para darnos cuenta que tenemos una nueva y gran oportunidad para ser libres y felices.
Volver a nacer, a sentir que somos absolutamente libres de toda maldad.
De que en cada acción que hagamos, no hay culpa, ya que estamos puros, somos una gran fuente de luz.
Nos miramos y descubrimos que todo es nuevo, que todo es mágico.
Sentimos que recuperamos el niño interno y nos alejamos de lo que nos golpeó.
Todo es desde cero, aunque con la experiencia ya vivida y la cual nos hizo ser quien somos.
Toda la autoestima que hayamos perdido, hoy la recuperaremos, ya que hoy, volvemos a nacer.
Hoy no es un día para pedir, sino que es un día para dar gracias.
Gracias por el camino que tenemos delante.
Por dejarnos brillar a pesar de toda la oscuridad que quiera posarse delante de nuestros ojos.
Hoy, tenemos otra visión de las cosas, ya que aprendimos a mirar.
Hoy sabemos diferenciar todo lo relacionado con el afecto verdadero.
Hoy, estamos preparados para todas las puertas de la felicidad que se abran.
Ya sabemos que el amor nos salvará y hoy, somos salvos, tan solo por creer en el amor, por creer en Dios.
Todo lo que nos ilumina, es ese mágico sol que traspasa nuestro cuerpo.
Nuestra esencia nos permite ser la persona que deseamos.
Cerrando los ojos, nos miramos por dentro y cada vez, nos encontramos rodeados de mucha paz.
Esa es la tan esperada y ansiada paz que nos ayudará en lo que venga, en eso que se llama futuro.
Ese futuro que ya empezamos a escribir, el que nos muestra que hay infinitos ejemplos de ser mejores personas y de alegrarnos interiormente, porque al hacerlo, contagiamos a quienes nos rodean.
Queremos abrazarnos a la vida, porque amamos lo que hacemos y todo lo que deseamos hacer.
Nos da satisfacción, nos da placer y orgullo ver realizar lo que imaginamos en alguno de nuestros tantos sueños soñados con el corazón.
Todo nuestro interior está protegido.
Lo externo, nos puede dañar y dejar marcas, pero lo que está dentro, es lo real.
No somos parte de una ficción, sino que somos artistas y creadores absolutos de nuestra vida.
Protagonistas de la gran película que vivimos.
Hoy nacemos y damos amor.
Hoy, nos ven y se dan cuenta que hemos perfeccionado algunas cosas.
Y nosotros somos los más críticos con nosotros mismos, ya que nos podemos ver y podemos reflejarnos y sabemos lo que queremos.
Hoy estamos parados, porque alguna vez estuvimos en el piso sin poder caminar.
Hoy, miramos ya que alguna vez estuvimos ciegos de cariño.
Hoy existen muchas cosas de las que nos encariñamos y con ese afecto, con esa misma pasión que damos, nos vamos llenando y nos sentimos plenos.
Este cuerpo que tenemos, lo vamos llenando con lo mejor que podemos lograr por nuestros propios medios y por todo lo que nos da la vida.
Ya sabemos lo que es la bondad, lo que es el bienestar y debemos creer que estamos completos.
No existen faltas en nosotros, solo faltaría alguna compañía para compartir todo lo bueno que tenemos.
Hoy somos más amor que nunca antes.
Hoy, tenemos el más inmenso poder del universo, porque renacemos a la vida.
Hoy, somos testimonio que Dios nos da las fuerzas necesarias para seguir.
Hay un plan maestro y nosotros estamos en él.
Dios, ya anotó nuestros nombres en el libro de la vida y solo nos pide que la vivamos de la mejor manera.
Nacer a la vida.
Nacer al amor.
Vivir dando amor y recibir lo que el destino nos quiera dar.
Tengamos el corazón puro, alejado de lo que alguna vez conocimos y supimos escapar.
Este gran aprendizaje en este gran viaje que se llama vida, es lo que nos hace fuertes y tener fe.
La fe en que tenemos misiones y deberes.
Tareas por cumplir y sentirnos felices por ver nuestra obra realizada.
Por vernos realizados con todos esos sueños ya hechos reales, que nos alimenten cada día de nuestra existencia.
Hoy, es el día para nacer ya que la vida nos contendrá y el más poderoso amor que pueda existir, nos salvará.
Porque ya somos salvos, al creer que el amor, es lo que nos da vida.
Demos gracias!
Demos amor y demos la ayuda necesaria a quien nos necesite.
Del otro lado, lo valorarán mucho y nos volverá algo valioso, que serán nuevas oportunidades de seguir brindando lo mejor que tenemos.
Desde la sinceridad, desde la confianza, desde el alma.
Desde unas palabras pronunciadas por el corazón y que la mirada de amor, nos hace comunicar con el otro, que ese otro, somos nosotros mismos.
Gracias por nacer en mí, lo mejor que deseo para vos!
MARIANO SANTORO

jueves, 5 de abril de 2012

La distancia

Cuánta es la distancia de saber que no estás a mi lado?
Cómo se puede medir lo que se siente?
Un banco de una plaza; un recuerdo de una tarde hermosa; una abuela viendo una pareja hermosa y un sueño que comienza a escribirse.
Cuántas veces me preguntaré dónde estás si sé que estás por siempre en mi corazón?
Cuántos estaciones, cuantos barrios habrá que recorrer para encontrarte en cada calle?
Esas calles que son mis venas, ya que siempre estarás en mí.
Todo lo que dí lo hice por un motivo y todo lo que haré, es porque lo siento.
Qué me importa si está mal repetir momentos, por más pequeños que sean; si esas horas se hicieron años de mi existencia.
Si en cada pregunta que hace la gente, pienso en tu mirada y me das las respuestas que necesito.
Cuántas años me hiciste crecer en tan pocas horas?
Cuánto tuve que caminar para saber dónde estaba parado?
Cuánto tuve que viajar para saber que adonde vaya, siempre te llevaré conmigo?
Hay días en que la soledad se puede contar en kilómetros.
Pero esa distancia que nos separa físicamente, nos acerca eternamente.
La vida nos da pruebas que debemos aprobar y la distancia es la que más nos cuesta y no queremos repetir.
Sabemos que a medida que nos vamos alejando y separando uno del otro, nos cuesta el doble volver al lugar en qué estábamos.
Hay momentos en los que olvido el tiempo que pasó, pero imagino el que pudimos haber pasado juntos.
Todo tiene su positivismo, todo tiene su cuota de amor.
En la distancia, nos encontramos.
En la separación, nos damos cuenta de lo que amamos.
Y todo lo que creímos perdido, es ganancia para la felicidad que nos está esperando.
Se abandona un camino para seguir otro.
Y el amor siempre viajará con nosotros; llevaremos recuerdos y montones de momentos.
Y nunca habrá soledad si nos tomamos un segundo para recordar el buen momento que vivimos y dimos amor.
En cada palabra, en cada acto y en cada sueño, puede estar la persona que queremos para nuestra vida.
La única distancia, está en meternos en nuestros sueños y hacerlos reales.
MARIANO SANTORO