domingo, 8 de abril de 2012

Renacer

Hoy es el día para renacer.
Hoy es el día para darnos cuenta que tenemos una nueva y gran oportunidad para ser libres y felices.
Volver a nacer, a sentir que somos absolutamente libres de toda maldad.
De que en cada acción que hagamos, no hay culpa, ya que estamos puros, somos una gran fuente de luz.
Nos miramos y descubrimos que todo es nuevo, que todo es mágico.
Sentimos que recuperamos el niño interno y nos alejamos de lo que nos golpeó.
Todo es desde cero, aunque con la experiencia ya vivida y la cual nos hizo ser quien somos.
Toda la autoestima que hayamos perdido, hoy la recuperaremos, ya que hoy, volvemos a nacer.
Hoy no es un día para pedir, sino que es un día para dar gracias.
Gracias por el camino que tenemos delante.
Por dejarnos brillar a pesar de toda la oscuridad que quiera posarse delante de nuestros ojos.
Hoy, tenemos otra visión de las cosas, ya que aprendimos a mirar.
Hoy sabemos diferenciar todo lo relacionado con el afecto verdadero.
Hoy, estamos preparados para todas las puertas de la felicidad que se abran.
Ya sabemos que el amor nos salvará y hoy, somos salvos, tan solo por creer en el amor, por creer en Dios.
Todo lo que nos ilumina, es ese mágico sol que traspasa nuestro cuerpo.
Nuestra esencia nos permite ser la persona que deseamos.
Cerrando los ojos, nos miramos por dentro y cada vez, nos encontramos rodeados de mucha paz.
Esa es la tan esperada y ansiada paz que nos ayudará en lo que venga, en eso que se llama futuro.
Ese futuro que ya empezamos a escribir, el que nos muestra que hay infinitos ejemplos de ser mejores personas y de alegrarnos interiormente, porque al hacerlo, contagiamos a quienes nos rodean.
Queremos abrazarnos a la vida, porque amamos lo que hacemos y todo lo que deseamos hacer.
Nos da satisfacción, nos da placer y orgullo ver realizar lo que imaginamos en alguno de nuestros tantos sueños soñados con el corazón.
Todo nuestro interior está protegido.
Lo externo, nos puede dañar y dejar marcas, pero lo que está dentro, es lo real.
No somos parte de una ficción, sino que somos artistas y creadores absolutos de nuestra vida.
Protagonistas de la gran película que vivimos.
Hoy nacemos y damos amor.
Hoy, nos ven y se dan cuenta que hemos perfeccionado algunas cosas.
Y nosotros somos los más críticos con nosotros mismos, ya que nos podemos ver y podemos reflejarnos y sabemos lo que queremos.
Hoy estamos parados, porque alguna vez estuvimos en el piso sin poder caminar.
Hoy, miramos ya que alguna vez estuvimos ciegos de cariño.
Hoy existen muchas cosas de las que nos encariñamos y con ese afecto, con esa misma pasión que damos, nos vamos llenando y nos sentimos plenos.
Este cuerpo que tenemos, lo vamos llenando con lo mejor que podemos lograr por nuestros propios medios y por todo lo que nos da la vida.
Ya sabemos lo que es la bondad, lo que es el bienestar y debemos creer que estamos completos.
No existen faltas en nosotros, solo faltaría alguna compañía para compartir todo lo bueno que tenemos.
Hoy somos más amor que nunca antes.
Hoy, tenemos el más inmenso poder del universo, porque renacemos a la vida.
Hoy, somos testimonio que Dios nos da las fuerzas necesarias para seguir.
Hay un plan maestro y nosotros estamos en él.
Dios, ya anotó nuestros nombres en el libro de la vida y solo nos pide que la vivamos de la mejor manera.
Nacer a la vida.
Nacer al amor.
Vivir dando amor y recibir lo que el destino nos quiera dar.
Tengamos el corazón puro, alejado de lo que alguna vez conocimos y supimos escapar.
Este gran aprendizaje en este gran viaje que se llama vida, es lo que nos hace fuertes y tener fe.
La fe en que tenemos misiones y deberes.
Tareas por cumplir y sentirnos felices por ver nuestra obra realizada.
Por vernos realizados con todos esos sueños ya hechos reales, que nos alimenten cada día de nuestra existencia.
Hoy, es el día para nacer ya que la vida nos contendrá y el más poderoso amor que pueda existir, nos salvará.
Porque ya somos salvos, al creer que el amor, es lo que nos da vida.
Demos gracias!
Demos amor y demos la ayuda necesaria a quien nos necesite.
Del otro lado, lo valorarán mucho y nos volverá algo valioso, que serán nuevas oportunidades de seguir brindando lo mejor que tenemos.
Desde la sinceridad, desde la confianza, desde el alma.
Desde unas palabras pronunciadas por el corazón y que la mirada de amor, nos hace comunicar con el otro, que ese otro, somos nosotros mismos.
Gracias por nacer en mí, lo mejor que deseo para vos!
MARIANO SANTORO