Desde toda mi vida, tuve la gran oportunidad de tener 2 padres; el biológico y el celestial.
Encontrarme con ambos ha sido un hermoso camino.
Y todo lo que haya pasado a mi alrededor mientras caminaba, solo lo conservo como experiencia.
Pero la sabiduría me la dio el hablar, el comunicarme y poder querer y amar; porque ambos padres, me dieron lo mejor que pudieron.
El camino hoy sigue siendo hermoso y mientras vivo, disfruto cada abrazo de la vida.
Tengo todo un planeta por conocer y un corazón que quiere ser conocido.
Tengo deseos de poder ver y un alma pura que quiere ser.
Una ruta de sensaciones que al caminar, la felicidad me recibe con sus brazos abiertos; porque mi corazón está en carne viva.
Y sé que cuando llega la noche, la luz de mis padres está, porque brilla en mí.
Compartir y descubrir; emocionarme y alegrarme.
Cada vez que cierro los ojos, el amor incondicional abre los propios para guiarme.
Hay camino, porque es mi destino.
Hay sentimiento, porque hay conocimiento.
Hay felicidad, porque es la única verdad.
Hay lugar para el amor de una mujer, porque en mi ser, hay espacio reservado y ya no importa el pasado, porque el verbo eterno es el amor real.
A lo lejos, puedo ver ríos de sol, que me permitirán ver y maravillarme aún más.
Toda la luz y el calor que puede dar la naturaleza y pueda llenarme de vida.
Tener 2 padres es tener esas columnas de vida que sirven de vigas firmes para mantener mi equilibrio.
Todos los colores los he sabido saborear y en cada perfume, puedo respirar aire que me alimenta.
La inmensidad de los momentos compartidos son recordados con orgullo y placer.
Me gusta estar con Dios y con mi padre.
Me gusta hablar con ambos.
Me gusta verlos; a los 2 los veo dentro de mi ser.
Cada uno hizo su tarea y hoy siguen a mi lado.
Cada uno me dio amor y entre los 2, me dan la fuerza necesaria para vivir.
El ejemplo, el respeto, el orden, la amistad, el querer, el estar.
El silencio que habla directamente con el corazón y entre latidos comprende el verdadero mensaje.
A mi padre: Que Dios te bendiga.
A mi Dios: protege a mi padre y dale vida!
MARIANO SANTORO
Encontrarme con ambos ha sido un hermoso camino.
Y todo lo que haya pasado a mi alrededor mientras caminaba, solo lo conservo como experiencia.
Pero la sabiduría me la dio el hablar, el comunicarme y poder querer y amar; porque ambos padres, me dieron lo mejor que pudieron.
El camino hoy sigue siendo hermoso y mientras vivo, disfruto cada abrazo de la vida.
Tengo todo un planeta por conocer y un corazón que quiere ser conocido.
Tengo deseos de poder ver y un alma pura que quiere ser.
Una ruta de sensaciones que al caminar, la felicidad me recibe con sus brazos abiertos; porque mi corazón está en carne viva.
Y sé que cuando llega la noche, la luz de mis padres está, porque brilla en mí.
Compartir y descubrir; emocionarme y alegrarme.
Cada vez que cierro los ojos, el amor incondicional abre los propios para guiarme.
Hay camino, porque es mi destino.
Hay sentimiento, porque hay conocimiento.
Hay felicidad, porque es la única verdad.
Hay lugar para el amor de una mujer, porque en mi ser, hay espacio reservado y ya no importa el pasado, porque el verbo eterno es el amor real.
A lo lejos, puedo ver ríos de sol, que me permitirán ver y maravillarme aún más.
Toda la luz y el calor que puede dar la naturaleza y pueda llenarme de vida.
Tener 2 padres es tener esas columnas de vida que sirven de vigas firmes para mantener mi equilibrio.
Todos los colores los he sabido saborear y en cada perfume, puedo respirar aire que me alimenta.
La inmensidad de los momentos compartidos son recordados con orgullo y placer.
Me gusta estar con Dios y con mi padre.
Me gusta hablar con ambos.
Me gusta verlos; a los 2 los veo dentro de mi ser.
Cada uno hizo su tarea y hoy siguen a mi lado.
Cada uno me dio amor y entre los 2, me dan la fuerza necesaria para vivir.
El ejemplo, el respeto, el orden, la amistad, el querer, el estar.
El silencio que habla directamente con el corazón y entre latidos comprende el verdadero mensaje.
A mi padre: Que Dios te bendiga.
A mi Dios: protege a mi padre y dale vida!
MARIANO SANTORO