jueves, 4 de abril de 2013

Cuando vivas la realidad

Has soñado y dormido más de lo suficiente.
Has imaginado mundos posibles donde tus cosas saldrían bien, ya que la visión que tenías hasta hoy, estaba nublada y tu mente perturbada.
Tu fantasía ha creado príncipes cuando ni siquiera tuviste un rey.
Fuiste lo que quisiste, pero todo era una ficción.
No siempre en los sueños las cosas salen bien; la perfección viene de otro lugar.
Armaste y planificaste situaciones en donde querías salir ganando, pero tampoco era un juego donde alguien tiene que ganar.
La confusión ya era inmensa y perdiste el control.
Esperaste el gran milagro incluso cuando no creías en vos.
Cuando vivas la realidad, encontrarás la gran verdad.
Has corrido por laberintos de tu mente queriendo encontrar la salida y te perdiste en tus sentimientos erróneos.
No había pasión en tus actos, sino desesperación y todo se transformó en una gran incógnita.
Esperaste más de la cuenta, hasta que los relojes se pararon y ya no había horas ni tiempo para ver tu propia luz.
Incertidumbre y hasta momentos de locura.
Habías perdido la noción y la razón, la emoción y sensación.
El dolor y pánico estaban en tu piel.
La duda fue la que te cubría y fue tu hogar.
Ya no sabías qué tirar de todo lo que no te servía, porque hasta tu vida había sido una tristeza.
Ya no más; ya no es necesario que sigas así.
Para aprender, se debe vivir de otra manera.
Cuando vivas la realidad, aprenderás que siempre tendrás una nueva oportunidad y es la de elegir ser mejor persona, rodearte con la mejor vestimenta para el alma y son tus amistades.
Cuando vivas la realidad, descubrirás que el amor, no es una opción, sino un estilo de vida y que al confiar en él y dejarte guiar, abrirás el mundo donde quieras vivir.
Ya no hace falta dormir, ni acostarte, porque tenés mucho por descubrir.
El camino hacia la realidad, es abrir tu alma y cerrar lo negativo.
Aleja de tu ser lo que no te llene, lo que sea pasajero, lo que tenga vencimiento.
El amor verdadero no vence.
Las buenas acciones no vencen.
Una vida verdadera no tiene vencimiento si se la vive con todo tu ser.
Tira las paredes que hacen que vivas en una cárcel emocional; rompe las ataduras con todo el daño que te hicieron; corta todo lazo con la negatividad.
Construye el castillo que quieras; edifica una vida ejemplar.
Sé feliz, porque es posible y porque muchos quieren verte bien.
Merecemos estar tranquilos y con paz interior; sentir la satisfacción de ver que hay una luz infinita esperando iluminar nuestro camino.
Dale un buen uso a tu boca y besá la vida que tenés por delante.
Vestí tu cuerpo con amor y llenáte con la mejor energía de las personas que ya están caminando el camino que recién descubriste.
Cuando vivas la realidad, comprenderás que el mundo que deseamos no es una ficción.

MARIANO SANTORO