domingo, 30 de junio de 2013

Belleza natural

Qué sabia es la naturaleza que lo natural nos hace saber que no existen limitaciones para maravillarnos.
Qué maravilla que es la vida, que al regalarnos la salida del sol, nos alimenta para darnos vida.
La belleza natural es todo lo que podemos ver si tan solo le prestásemos más atención a las cosas importantes de la vida.
Llenarnos de sensaciones para que no nos dejen vacíos.
Esa es la contradicción entre disfrutar y pasar el tiempo.
Podemos sentirnos completamente vacíos interiormente, por diferentes circunstancias y tropiezos; pero tan si miramos más allá de lo que queremos ver; si viésemos con los ojos del alma, nos encontraríamos con todo un mundo fascinante.
Y no se trata de viajar por lugares bellos; porque la belleza es natural cuando se la sabe apreciar.
Nosotros somos bellos naturalmente.
Queremos perfeccionar algunos detalles, pero no existe nada más bello que una persona con un gran corazón con deseos de amar y recibir el amor puro de un alma afín.
Si nos detenemos en el gran detalle de que todos somos hijos de Dios y que nos consideramos hermanos; buscar un alma gemela, es como un hermano gemelo.
Buscamos igualdades, cuando la importancia no es ser igual a otro, sino en ser uno mismo.
Un espejo no nos muestra el cuerpo que no nos agrada; nos muestra lo que somos en realidad, pero exteriormente.
Cuando sabemos que lo que realmente importa, es el contenido.
Una balanza, mide los diferentes pesos y podemos ser gordos o flacos, pero lo que importa no es eso, sino estar equilibrados en todos los sentidos.
Y cuando hablamos de sentidos, hablamos de corazón.
Todos los elementos que puedan marcar que somos diferentes, es solo una parte que le permitimos a la visión personal de cada uno.
Eso nos hace diferentes y a la vez, parte de una gran unidad, con diferentes pensamientos.
Y la humanidad es eso.
Si todos fuésemos iguales, la vida sería aburrida y sin sentido.
Seríamos robots; seres fríos y sin corazón.
Y la belleza radica en lo que nos asombra, lo que nos puede sumar a nuestra vida, lo que nos embellece más de lo que somos naturalmente.
Cuando brilla el sol, no solo alumbra al planeta; sino que ilumina el alma de cada ser.
Ilumina cada mundo interno.
La belleza natural es todo lo que alimenta sin necesidad de ser material.
Materializar la belleza, sería modificar lo bellos que somos desde el instante de nacer.
Y nacer, es como ese sol que nos da calor y nos protege.
Nuestra madre tierra no difiere de la sanguínea.
Dar a luz, es entregarnos a la vida para brillar.
Para ser bellos por el simple hecho de haber nacido.
La gran belleza de ser libres y querer perfeccionarnos por dentro, para que los que se acerquen a nosotros, vean la belleza interna, la que es naturalmente sana y pura.
El alma no se puede retocar.
La mejor apariencia no depende de la opinión ajena, sino de lo que nos diga nuestro corazón.
Vernos por dentro, saber que Dios vive en nosotros y que sanaremos cada herida.
La belleza natural, es poder amanecer, levantarnos, agradecer y disfrutar de la naturaleza de la vida.

MARIANO SANTORO