martes, 11 de junio de 2013

Estar preparados

Nacemos sin manual y en la vida, debemos aprender todo lo que se interponga en nuestro camino.
Ese mismo camino que debemos descubrir.
Estar preparados es una tarea muy importante para poder enfrentar a nuestro destino.
Siempre habrá pruebas, algunas serán fáciles y también habrá de las otras.
Debemos estar atentos para la gran cantidad de materias por aprender.
Estar preparados para vivir, porque querrán darnos algunos golpes o tirarnos y mientras logremos estar estabilizados, lograremos el equilibrio justo.

Estar preparados para sentir, porque llegará el día en que nuestro cuerpo querrá expresar todo lo que siente.
Estar preparados para amar, porque la puerta se abrirá el día que dejemos de buscar y nos permitamos encontrar y ahí, estará la persona a la cual amaremos.
Estar preparados para detenernos, porque es probable que la duda y varias preguntas se hagan presente y no tenemos que manejarnos impulsivamente.
Estar preparados para alegrarnos, porque serán muchos los días por vivir y recordar los buenos momentos vividos.
Son los mismos momentos que nos alimentarán en épocas de tristeza y angustia; ambos, no tienen que tomar control de nosotros y para eso, también debemos estar preparados.

Nos enamoraremos y quizás, la otra persona haga y sienta lo mismo y ahí, se producerá una hermosa unión.
La vida es como una gran obra que Dios nos dirige cada segundo.
Podremos improvisar porque hemos nacido libres y con esa libertad, elegimos qué decir y cómo actuar, pero las consecuencias no serán las mismas si elegimos la voluntad de Dios.
El escenario lo inventamos nosotros; tenemos la capacidad de buscar la mejor escenografía, las personas que serán parte de nuestra vida y otros, que solo pasarán a ver qué hacemos.
Estar preparados para una crítica, sin que nos duela, también es parte de este juego que se llama vivir.
Una película que se filma en vivo.

No hay ensayo, solo que mientras soñamos, vamos armando diferentes escenas y cuando llega el momento, vemos si sale bien.
Aunque es recomendable dejarse guiar por el corazón; habrá instantes que no sabremos qué decir.
No tenemos que paralizarnos, sino que son pequeños momentos donde la inspiración llegará y sabrá qué hacer.
Tendremos momentos de soledad y servirán para conocernos mejor y hablar con nuestro interior.
Rodearnos de personas, de objetos, de emociones y darles el valor a cada una de ellas.
No hay que perder ni regalar tiempo.
No hay que temer ni sentir miedo.

Hay que creer en uno y en que cuando levanten el telón, saldremos a ganarnos el mundo.
Todo lo que está en nuestro horizonte, puede ser nuestro y sólo debemos creer que es posible.
Podremos merecer más de lo que ansiamos, pero esa balanza le corresponde a Dios.
Nosotros somos quienes optamos por la bondad y la solidaridad. 
No habrá confusión, no habrá lágrimas si hacemos las cosas desde el alma.
Venimos de fábrica con un cuerpo lleno con elementos demasiado importantes.
Y continuar llenando nuestro cuerpo y nuestra mente, es el gran desafío.

Darle prioridad a lo que nos sume, a los que nos aporte un crecimiento como seres humanos.
Estar preparados, es dar el paso correcto para empezar a vivir y disfrutar de la vida.

MARIANO SANTORO