miércoles, 8 de enero de 2014

Complejidad

Malestar, nervios, obstáculos, presiones, quejas.
Son muchas las cosas que nos pueden provocar padecer momentos feos en nuestra vida.
A veces, esas pruebas son necesarias; aunque por dentro pensemos que ya hemos pasado por varias y que merecemos un tiempo de tranquilidad y paz.
No está en nosotros el querer tener el poder sobre decidir si es tiempo o no.
Debemos hacer lo correcto siempre.
Dejarnos guiar por el corazón y si aparecen esas piedras en el camino; esquivarlas, treparlas o alejarlas.
No es ni será fácil y se debe a que la buena recompensa, llega luego de el esfuerzo, de poner la mejor energía en lograr que sentimos que es hora que nos toque vivir.
Complejidad es no ver lo obtenido y esa disconformidad que suele pasar, se debe a que queremos ir por más.
La sana ambición de crecer sin hacer daño a nadie.
La de vivir una vida de serenidad.
Con algunos pequeños problemitas para darle sabor y motivarnos a las nuevas metas, los retos que estén por venir.
Complejidad puede ser el no ver que hay un largo camino transitado y detrás de esas paredes que hoy están delante, hay más camino.
Un gran muro donde parece imposible subir y quizás no debamos subir, sino encontrarle la vuelta para continuar.
De a poco, se van armando las piezas del rompecabezas que une los instantes más importantes que vivimos.
Y cuando nos concentramos en seguir armando nuestra vida, en hacer lo que nos gusta, lo que nos provoque placer y satisfacción; ahí, podremos alejar la mirada para ver lo que hemos contruído.
Desde cerca, no se valora la vista, no se disfruta en su totalidad.
Una obra se ve cuando nos corremos un poco y la observamos detenidamente.
Cuando vemos que hoy algo de lo que nos sucede es complejo, es probable que dentro de un tiempo, lo veamos realizado.
Ahí, es cuando comprobamos que estamos creciendo.
Lo que hoy puede ser un gran problema, algo que nos esté afectando en nuestro cuerpo, tiene solución.
Y si hoy no encontramos la solución, no significa que no esté o no exista.
La complejidad de la vida es a la vez la simpleza de disfrutarla.
Uno siente más si deja la mente a un lado y se dedica a vivir.
Cuando proyectamos en otra persona, es parte de nuestro propio sueño y no tiene que cumplirse porque es algo propio.
Cuando el destino permite que esa proyección sea recíproca, una unión comienza a gestarse.
Complejidad son las horas que le dejamos a la mente que tome el control.
Complejidad es querer tener más de lo que realmente necesitamos.
Complejidad es entender que para completar todas las piezas, tenemos que poner el alma.
Nosotros somos la parte más importante en todo lo que queremos lograr en la vida.
Somos los que día a día nos damos el permiso para ilusionarnos e incentivarnos a estar mejor.
Ser sanos de espíritu y de corazón, para poder amar lo que hagamos.
Y que si notamos que aparece una nueva complejidad, tengamos la paciencia para comprender que la solución, está cerca y vamos camino hacia ella.

MARIANO SANTORO