lunes, 24 de marzo de 2014

La historia sin contar

Luego de un extenso silencio, es saludable encontrarse con uno mismo.
Pero en el viaje, no me hablaba yo; sino que me encontré con alguien que quería escuchar.
Y no significa que compartía lo que oía, sino que me agradaba su presencia.
Estaba presente en cada palabra y me dejaba llevar y soñaba despierto.
Imaginar es una de mis pasiones.
Y mientras escuchaba, me fui a dar una vuelta por mi futuro.
Y me volví a encontrar y estaba feliz.
Ya había dejado atrás la vida sin compañía sentimental.
Y la vi y me vi.

Y me gustó lo que quería comenzar.
Todo principio atrapa, tiene su toque especial de misterio, aunque la sorpresa no era la esperada.
Y esta es la historia sin contar.
Porque no tuvo más que un breve comienzo.
Duró más en mi mente y la puse en el estante de eternidad.
Me gusta volar, pero ella era mis alas y me quedé en tierra.
Sólo mis pensamientos se dieron el lujo de creer y creí en mí dejando de lado que del otro lado había alguien.
Y las confusiones y lo que no se dijo, fue lo que puso un gran punto.
Y no fue final, porque el único final es el de la vida.
Y podría contar lo que pensé y lo que soñé; pero es parte de mi secreto.

Porque siempre protegeré el cofre de los sentimientos puros.
Yo sé cuándo dar la llave.
Y el libro, se sigue escribiendo y en él, las hojas van tomando vida y color.
Se abren y maravillan al presente, porque una luz poderosa es la única voz respetable para escuchar.
Y nos convertimos en oyentes y alumnos.
Y la misma historia que vamos viendo dar unos pequeños pasos, es la que juega en nuestra imaginación.
Veo una sonrisa y otra que se le suma y yo me animo a sonreír y compartir.
Y el tiempo es tan sólo una idea que mantenemos durante un período.

La historia sin contar, es lo que falta, lo que quedó en el camino porque alguien se soltó la mano antes de empezar a caminar.
No sé si fueron los miedos habituales, las dudas y las preguntas que aparecían y eso frenó la respuesta.
Y la respuesta era demasiado simple.
Había que escuchar al corazón y seguir.
Y todo el mundo de fantasía que había soñado, quedó estático, porque sabe que alguien vendrá a descongelarlo y el libro tomará forma.
Toda experiencia es parte de una historia.
Y toda persona tiene algo para contar.
Y si la historia es de a 2, las palabras la escribirán los latidos de ambos corazones.

Hoy quise contar la historia sin contar, porque apareciste en el mejor de los sueños y es el que vivo día a día.
MARIANO SANTORO