martes, 7 de abril de 2015

Imagino

Imagino, porque te pienso y de esa manera, siento.
Imagino situaciones, momentos en los que mis ojos se atreven a observar algo que es mucho más que una ilusión.
Imagino lugares, que probablemente ya los he recorrido en uno de mis tantos viajes mentales.
Imagino soñarte, porque puedo verte como deseo y luego en la realidad, confirmar que no me equivoco.
Imagino presencias, de esas que nos hacen sentir bien, que nos hacen compañía, incluso en esos momentos que uno más lo necesita.
La imaginación es el pasaporte que siempre está vigente y nos traslada al espacio/tierno que queramos.
La imaginación es lo que nos da fuerzas ante la ausencia de una persona.
La imaginación es la llave a las fantasías y todo lo que estemos dispuestos a realizar. 
Visualizo una idea, la voy armando en mi mente; le doy forma y color y luego se traslada a la vida.
Los colores que nacen en mi mente son los que alguna vez conocí y hoy, potencian sus tonalidades.
Un lápiz mágico hace de pincel donde puedo pintar lo que mis emociones quieren sentir.
Mi alegría aumenta al poder ver que mi mano va dejando huellas artísticas y unen esas ideas.
Esas manos que crean, están unidas a un cuerpo creativo y creado por el mayor creador de la historia.
La conexión que se produce entre un lazo y un pincel, en la de un papel y un lápiz, es la de una mirada que aprendió a observar con cariño lo que le agrada.
Y el planeta puede estar en nuestras manos cuando somos humildes y le damos la bienvenida a la grandeza del universo.
Y en toda circunstancia está ahí esa persona que sirve de guía y musa inspiradora.
La que crea y cree en el amor, la que vive y experimenta.
Imagino que lee mis palabras y que escucha mis pensamientos.
Imagino que sabe que hay mucho más de vida cuando abrimos las puertas de la mente y dejamos entrar al verdadero amor.
MARIANO SANTORO