Delante, es donde se encuentra el destino.
Esa flecha que logramos ver, es la que nos marca el rumbo a seguir, luego de haber atravesado caminos y muchos obstáculos.
Una flecha con colores que van del rojo que es el freno básico que puede paralizarnos por diferentes motivos, entre ellos el temor.
Y que luego de ir cambiando y pasando por el naranja y amarillo que nos pone en estado de alerta, aparece el verde.
Ese verde clarito que toma fuerza hasta convertirse en verde esperanza.
Porque todo el trayecto que hicimos, ya es parte de un tiempo que no se puede cambiar.
Y llegamos a esta actualidad, la nuestra, la propia, la que mirando hacia atrás, sabemos qué queremos ver por delante.
Y mientras estamos alegres por esa flecha que nos guía, llega con ella una renovación.
La fe toma fuerza, renovamos la creencia de lo que somos, edificamos el que siempre quisimos, le damos la bienvenida al amor para que potencie al que habíamos dejado en los caminos del pasado, de tanto haber repartido y dado a quien se acercara.
El amor a la vida toma más valor y la mente se expande.
Los sentimientos quieren florecer y las emociones le dan el espacio necesario.
La tierra que pisamos, se llena de energía que nos contagia y le damos de beber.
Alimentamos cada poro de nuestro cuerpo y el cuerpo toma otra forma, porque lo físico, es tan sólo una pequeña parte de un inmenso todo.
"Delante" es la voz firme que nos dice qué debemos hacer, es el interior que nos habla.
Y libremente nos permitimos dar los pasos necesarios para ese avance, para adelantarnos a la vida que queremos.
Los párpados cansados que acompañan a esos pensamientos llenos de ansiedad, ya se van alejando.
Nos focalizamos en ese delante en el que los sueños tienen las llaves necesarias para hacerse realidad.
Los deseos crecen luego de esa larga espera en la que se amigaron con las ganas de tener una vida con calidad.
Los espacios sólo quieren llenarse de manera positiva y todo eso que sentimos en la piel y que corre por la sangre, se encuentra delante.
MARIANO SANTORO