Un día apareciste y no hizo falta pedir permiso porque tu entrada vino acompañada de una extrema dulzura, que es lo que sos vos y lo que generás.
Dulzura es imaginarte y darme cuenta que sos real.
Es confirmar que las buenas personas existen y llegan a mi vida.
Mirada creativa, corazón de pureza que potencian tu belleza.
Sé que estás y que es muy dulce tu existir.
Tus planes le dan ritmo a tu vida y a tus sueños.
Una eterna adolescente que vive y juega, que piensa y actúa, que siente y ama.
Una mujer que sabe de pasados, pero que adora el presente y que proyecta su futuro.
Linda inocencia es lo que cubre su ser, porque la vida la regaló la oportunidad de elegir y optó por ser una bella persona.
Su aparente timidez observa mientras la audaz que vive en su sangre sabe que la vida tiene sobresaltos y obstáculos, pero que son posibles superarlos.
Su justicia es amar lo que hace y sus ojos, tan sólo miran paralelamente con el corazón.
Todo lo que ve como dolor, lo modifica para que no la termine afectando, aunque su debilidad, la hace seguir creyendo que de todo se puede salir fortalecida.
Y la vida la encuentra y se comunica con ella, hablan y sonríen, porque juntas, tienen un hermoso destino.
Ella es muy amiga de las oportunidades y sabe aprovecharlas.
Ella actúa su propia obra de teatro, porque es protagonista de su accionar.
Los años le regalan sabiduría y le aumentan las ganas y deseos de seguir haciendo.
Para las personas, puede tener un nombre real, pero bien puede ser llamada Dulzura.
Ni siquiera el más puro néctar llega a compararse, porque lo que emana de su ser, es superior a lo conocido.
Ella es una dulzura y a mí, me encanta poder descubrir sus misterios y cubrirla de amor.
MARIANO SANTORO