Hoy quiero vestirme de colores, para terminar de alejar la oscuridad que alguna vez conocí.
Sentirme como un lienzo en que la vida me llena de pinceladas de ánimo.
Me he dado el permiso y la oportunidad de dejar en blanco mi cuerpo.
Aceptar que cada día tiene sus propios milagros y que siempre habrá nuevos colores por conocer.
Y las estaciones por las que viajo, saben alimentar mi ser.
Mi alma, disfruta de todo lo nuevo y positivo que llega.
La alegría, se potencia y crece en mí la gran satisfacción de ver logros que fueron creados en sueños inocentes.
Las calles de los sentimientos están llenas de corazones que las personas han sabido pintar y resaltan la naturaleza.
Las blancas luces crean la tonalidad perfecta en que todos podemos iluminarnos y sentirnos guiados.
Ventanas que se abren como brazos dispuestos a dar cariño a todo aquél que tenga deseos genuinos de disfrutar y de querer continuar este hermoso viaje.
Y la sorpresa se hace presente, porque cuando nos bañamos en la humildad, el amor verdadero es el que florece.
Colores que nacen para crecer y que nuestras miradas se manifiesten y puedan expresar lo que el alma tiene para decir.
Y la verdad quiere salir a la luz, porque hoy existen más colores para confirmar todo lo bueno que hemos dado.
Los secretos, sólo quedan reservados y cada vez son menos, porque no deseamos tenerlos guardados para acumular información.
Cada color tiene su misión y un mensaje que debemos descifrar, porque a modo de juego, sacará al niño eterno que le gustaría pintar la vida que desee.
Y nuevamente el amor, se pintará con los sabios colores del amor, porque del otro lado hay alguien dispuesta a un nuevo rayo de luz.
Y el compartir, ya es uno de los verbos preferidos en que 2 personas salen a recorrer las calles, anteriormente llamadas, de la ilusión.
Y todos los colores, no son parte de la ficción, sino que son una realidad latente y presente.
Son las que nos dicen que somos grandes artistas y dueños de una inmensa paleta de colores, que son los que nacen de nuestros sentimientos.
MARIANO SANTORO