lunes, 20 de marzo de 2017

Veramor

Estacionamos para reflexionar y observar de reojo, todo el camino transitado.
Estación que tiene su propio tiempo y también nos cambia.
Siempre se ha hablado del amor de verano y el amor verdadero no se limita a una estación.
Vemos la playa inmensa y en ella nos sentimos tan pequeños.
Vemos a nuestro derredor y encontramos miles de historias que han sido abandonadas.
Vemos a la distancia y comprobamos que hemos tenido algunos amores inconclusos.
Huellas que aún quedan y tienen vencimiento.
La marea se alzará y se encargará de borrar rastros.
Restos de memorias que ya no quieren ser recordadas.
No todo lo que trajo el calor ha sido satisfacción.
Hubo instantes que se hicieron insoportables.
Y nuestra paciencia llegó al límite.
Abandonamos esta estación con la fuerza interior que se renueva y nos mantiene parados.
Caminos cruzados en vidas separadas.
Y por momentos vemos el amor a la distancia, pero nos vamos acercando de a poco.
Lo que no fue, ha tenido su propio sentido aunque aún no lo hayamos visto.
Y en la vida, no todo tiene que ser develado.
Ya nos alcanza con nuestra propia luz para discernir todo lo que el verdadero amor tiene para nosotros, guiado desde nuestro corazón.
Y una huella se va despacio y la saludamos gentilmente, porque la bienvenida es mucho más interesante.
MARIANO SANTORO