sábado, 26 de agosto de 2017

Lo que no ves

A veces es necesario dejarse llevar por los sentimientos.
Por todo aquello que el cuerpo percibe y algo sobrenatural, también se suma a esa sensación.
Una buena mixtura de situaciones en las que el cuerpo, está como en carne viva.
Cuando hacemos ese fantástico viaje hacia el interior, nos predisponemos a la sorpresa.
Tal como un niño en su primera salida al mundo externo.
El adulto que somos, viaja a reencontrarse con momentos de su vida.
Los que muchos ya se han dado de baja y otros, quedaron a la espera de algo que sólo la fe puede entender.
Los sueños tienen un espacio muy importante y no sólo se alojan en la mente.
Saben acomodarse y amigarse con las ideas y proyectos.
Cuando vamos hacia lo interno, es como una gran cabaña en la que todo tiene su lugar y se eternizó cada momento.
Las experiencias bien saben ocupar un lugar primordial y están a la vista.
Esa misma visión que viaja en el tiempo y recuerda instantes.
La nueva mirada a algo sucedido en nuestro pasado, hoy toma otro valor, otra relevancia.
Inmensos mares que hemos navegado y que muchas veces, nos costó remar para salir airosos.
Hoy volvemos a remar y las aguas, no son las mismas, porque nosotros no somos los mismos.
Hoy creemos mucho más en lo que el cuerpo nos dice, que en voces ajenas.
Las vivencias de los otros, son tan sólo eso, de otros, con otras situaciones.
Los consejos, sólo se tienen en cuenta si salen de un corazón amigo y con la posibilidad de que nos acompañen en el trayecto.
Lo que no ves, lo siente tu corazón y él, es nuestro mejor guía.
MARIANO SANTORO