Anhelo un amor de verano.
Para poder sentir la brisa de las caricias.
El viento de las miradas que se entrelazan.
Volar con mi mente y remontarme al futuro, cuando llegue el otoño de mi vida.
Amor de verano, donde la temperatura es la conexión corporal.
Una sensación térmica que habla de pasión.
Una estación de deseos con ganas de perdurar.
Una etapa para madurar y perdonar viejos veranos inconclusos.
Un alma de viajero que es mensajero del corazón.
Y la razón hoy se toma su merecida vacación.
No es tiempo para pensar, sino que es tiempo de fluir.
Y ya sabemos donde ir, porque nos guía el amor.
Hoy es el momento para sembrar, porque queremos una eterna primavera.
Árboles y plantas que crecen y el amor que se fortalece.
Pensamientos que se liberan y sentimientos que se confiesan.
Una fluida adolescencia, tatuada desde su más profunda esencia.
Un interior repleto de sueños, que se despiertan para sentir.
La vida soñada que hoy me toca vivir, en este dulce verano.
El calor de tus labios, que susurran "Mariano" y en tus brazos, comienzo a derretir.
MARIANO SANTORO