El núcleo de lo que somos, nos invita a multiplicar nuestra luz.
Todo lo bello que vive en nosotros, se ha hecho piel a través de la experiencia.
Un camino que se fue abriendo mientras nos animábamos a seguir nuestros sueños.
En cada noche soñada, le fuimos dando vida a cada anhelo.
Y en esa hermosa mezcla de deseos y ganas, fue creciendo esa luz divina.
Fuimos guiados desde el interior, hasta brillar en lo externo.
Y nos agrada y nos hace bien iluminar el lugar que pisamos.
Vamos dejando rastros para los que quieran sentirse útiles y con sentido en su vida.
Y comprobamos con son muchas las personas que quieren potenciar su luz.
Y en esta invitación abierta, a los seres de buen corazón, les llega las palabras necesarias según su nivel de consciencia.
Multiplica tu luz, porque recibirás lo que ni siquiera te imaginaste.
Suma nuevos desafíos, porque los mismos serán recompensados.
Crece con cada lucecita que prendes mientras haces tus actividades.
Desde la más pequeña acción, se puede obtener luz y mientras perseveremos, la misma crecerá.
Lugares en donde no había nada, tan sólo con tu fe y tu andar, se fue abriendo espacios.
Caminos nacientes que daban la bienvenida a los que tenían una misión en su vida.
La supremacía divina que nos regala baúles de oportunidades.
Tesoros escondidos en los que nos ayuda a jugar como niños, para encontrar lo que en realidad, vive en nosotros.
Agradezcamos a esa maravillosa luz que cada día se presenta para saludarnos y desearnos un muy buen despertar.
MARIANO SANTORO