Durante toda la adolescencia, tu nombre ha sido quimera.
Viajaste por todo los lugares físicos que has podido.
Y la adultez te ha encontrado en el viaje que creíste desconocer.
Todo el misterio de emprender una travesía que atravesará tus emociones.
El fenómeno de encontrarse a sí mismo.
El encanto de animarse a ir por sitios mentales que la vida se ocupó de esconder.
El juego ya ha comenzado y tu misión, es encontrar mucho más que lo podrías buscar.
Entender y comprender el significado de lo que te toque experimentar.
Tu visión hoy resplandece ante la fascinación de todo lo que se presenta.
Tu cielo mental se despeja de dudas y preguntas y se llena de sensaciones placenteras.
Lo maravilloso de vivir disfrutando el aquí y ahora, sin otra necesidad de viajar, ya que detenerse es la clave para la elevación.
Tu mirada mágica, se alimenta del asombro.
Tu cuerpo invita a la seducción de recorrer todo el ser, enamorando lo que ve.
Y la niña sale a jugar hechizando todo lo que toca.
La ilusión de creer que todo es verdad.
El atractivo momento que ayuda a crecer.
El milagro de las oportunidades que sabemos valorar.
La pasión por hacer una nueva realidad.
Y las miradas llenas de contenido álmico, que transmiten paz.
MARIANO SANTORO
