A lo largo de mi historia, la conducta con la que me conduje ha sido analizada y bastante pensante.
Me he dejado llevar en algunas situaciones y los resultados no fueron los anhelados.
Crecí en todo sentido y hace un tiempo, me animé a acercarme de la manera correcta a una persona que fue parte de mi biografía, aunque con pocos capítulos.
Desde el afecto, lo que sentía comenzó a ser cariño y una sana amistad.
Por mi propia ley, no me dejé llevar por impulsos.
Y hoy, el hecho es que mi corazón siente algo intenso.
Los sucesos, relativamente pocos en cantidad, pero con mucha energía, son los que me incentivan a escribir.
Sigo siendo leal a mi corazón.
No tengo la necesidad de realizar ninguna hazaña, porque mis instintos, saben su camino.
Tengo la fuerza de la esperanza.
No creo que lo que siento, tenga vencimiento.
No hay duración establecida cuando se trata de simpatía.
He logrado tener aprecio y he sumado admiración.
Con todo el respeto que ella me merece, el niño interior toma control de la inocencia.
Comportarme como caballero es mi obligación.
Y quiero ser protagonista, quiero ser parte de una linda historia de amor.
Actuar desde los valores y con devoción.
Protejo mi pasión, porque será exclusiva de esa relación.
En los elementos de vida y amor, estás vos, ahí, sin saber lo que pasa en mi ser.
MARIANO SANTORO