Elevo mi mirada hacia el cielo para llenarme de la energía necesaria para pedir mis deseos.
Me acompaña una gran sonrisa que alimenta todo mi ser.
Y es ahí donde mi mente se expande y fluyen pensamientos positivos.
Le dedico el espacio correcto a mi familia.
Me regalo unos silencios a modo de respuesta espiritual.
Y ahí apareces y no hace falta tu saludo, porque tu presencia es suficiente.
Todo mi ser vibra y le hace bien que estés ahí.
Mis párpados caen y los labios toman la forma perfecta de esa sonrisa que sabe de felicidad.
Y hoy estamos aquí, creyendo y anhelando.
Soñando despiertos porque percibimos que ha llegado el momento ideal.
En mis deseos, siempre estás.
Porque al desearte algo bueno, me lo hago a mí mismo, porque deseo que seas feliz.
Y deseo encontrarme en tu vida, en tu corazón.
Tomo las llaves de esos deseos que quiero materializar y abro la puerta de la confianza.
Me permites entrar y te brindo mis mejores deseos, que vienen con el respeto que te merecés.
Las estrellas sienten esa conexión especial y se juntan.
Juegan entre sí y quieren formar nuestros nombres.
Mi mente viaja y lleno el pasaporte con todo el amor que te tengo.
El reloj de arena deja caer su tiempo, pero en mi alma, sé que esa arena, es tan sólo una parte de mi mar interior.
MARIANO SANTORO