Aunque hayan habido relaciones que no continuaron como deseabas y les llegó el punto final.
Aunque hubo oportunidades en que sentiste que tu corazón se quebraba.
Y por esas noches interminables en que no pudiste dormir porque los pensamientos negativos te consumían.
Hoy estás viva porque tu amor por la vida es demasiado gigante para abandonar.
Y no ha sido fácil abrir nuevas puertas cuando sólo veías altos muros de miedos.
Y el sufrimiento se hizo presente y le negaste tu amistad.
Todo tu entorno quiso envolverte y hacerte perder tu horizonte.
En el mundo de las escondidas, llegaste a creer que la oscuridad era algo necesario.
Y fue en el pozo más profundo cuando tu ser comenzó a brillar.
Iluminaste tu lugar hasta que fuiste encontrando tu espacio.
Edificaste sueños en la arena, pero no por inocencia, sino por tu espíritu de niña.
Comenzaste a crear un buen cimiento en tu ser.
Y ese sería el comienzo de la fortaleza interior.
No confundir con la caparazón del rencor y de ahuyentarte de los demás.
El mundo ha estado siempre ahí y es tu tarea darle la verdadera importancia a lo que se puede rescatar de él.
Y junto a esas personas, construir el mundo ideal en el que las personas sólo disfrutan de su felicidad.
Un espacio que crece y se va llenando de gente que coincide con tu armonía.
Y vas a vibrar distinta, mejor y ese estado será tu alimento.
Vive en modo amor y tendrás la mayor recompensa que tu divinidad sabrá agradecer.
MARIANO SANTORO
