Se suele decir: "En la salud y en la enfermedad".
En todo momento, siempre tenemos que estar, pero no por obligación, sino porque sale realmente desde nuestro ser.
El cuidado de las personas, nos ayuda a seguir siendo humildes y a practicar la empatía.
Y cada día cuando salimos a cumplir con las tareas, nos cruzamos con muchas personas y como somos buena gente, las saludamos.
En ese "dar salud" exteriorizamos el deseo que tenga una linda jornada.
Que todos estemos atentos a lo que nos pasa.
Que más allá de las circunstancias, nos prioricemos.
De alguna manera, muchos somos enfermeros emocionales.
Cuidar y proteger a quien comparte la vida con nosotros.
Estar para nuestra familia y las amistades.
Y extender ese lazo con los que sentimos afecto y cariño.
En cada despertar, amanecemos con una caja llena de sorpresas.
Bien puede ser un botiquín, ya que en su interior hay elementos básicos para cuidarnos.
Pero hay mucho más en ese presente.
Y es nuestra tarea descubrirlo.
El maravilloso regalo de vivir y de sentirnos vivos.
De saber que el pulso tiene el nivel ideal y que los latidos, se alegran de ayudarnos a compartir la vida.
Las experiencias que nazcan, salen desde los deseos que también están guardados.
Brindemos por la salud y por poder dar lo mejor de nosotros.
MARIANO SANTORO