En decenas de oportunidades, has abierto muchas puertas.
Y has cerrado una parte importante de tu ser, para protegerte.
Lo que reflejaba el espejo, no era realmente la realidad.
El nivel de autoestima, no era el deseado.
Y en uno de esos días mágicos, comenzaste a verte distinta.
La tarea primaria era reforzar todo lo que habías logrado.
Aceptar que algunas situaciones, no tendrían la respuesta que querías.
Tu dignidad, era lo que te llevaría a elevar la personalidad que anhelabas.
Y el mundo seguía su rumbo, mientras vos te detenías para construirte.
La percepción estaba floreciendo en una nueva versión.
Y en el durante, encontraste varias llaves.
La confianza es lo que estaba más cerca y te abrazaste a ella como si se trata de un reencuentro.
El respeto, estaba un poquito más lejos, pero fuiste directamente hacia él y también te aferraste.
Todo tu derredor, tomó un nuevo color.
Empezaste a reconocer que el verdadero poder, era ponerte bien fuerte, con la sabiduría de tu experiencia.
Hubo que demoler varios prejuicios y en todo instante, tu actitud se mantuvo firme.
Sabías que el trabajo y todo en lo que estabas invirtiendo, haría en vos la persona que siempre imaginaste.
Y tu corazón, se animó a decirte: "Ama tu amor".
Y sería tu guía rumbo a tu meta divina.
MARIANO SANTORO
