Amanecer y darle sentido al día.
Continuar con la divina tarea de crecer.
Y en esta evolución cotidiana, permitirnos dar un paso más.
Avanzar hacia aquéllos sueños que estuvieron encerrados demasiado tiempo.
Abrirnos a la oportunidad de sorprendernos.
Descubrir todo lo maravilloso que está por delante.
Revelar lo que tanto cuidamos y protegimos con el alma.
Liberar el corazón para animarnos a sentir.
Correr hacia la ventana y que el sol nos ilumine todo el ser.
Abrigarnos con su calorcito.
Cerrar por unos instantes nuestros párpados y vibrar.
Dejar salir esas sonrisas que hacen bien.
Y casi sin darnos cuenta, que las nubes emocionales se vayan.
Alejar y despejar para recibir el regalo universal.
Melodías por cantar y personas para amar.
Amigarnos con el ambiente y reflexionar con la mente.
Canalizar todo lo que llevamos dentro y que sea la mejor fuente.
Energía que fluye y nos baña, limpiando lo que daña.
Dejar la pureza y potenciar nuestra belleza.
MARIANO SANTORO