Calles solitarias que quieren dialogar.
Palabras acumuladas que no han sido pensadas correctamente.
La velocidad del mundo y la lentitud de las metas.
Planes que se detienen y el corazón sigue funcionando.
Pocas personas alrededor, muchas con demasiado dolor.
Jornadas que giran al revés en este gigante ajedrez.
Jugando con el niño que se animó a crecer.
Y el adulto que aprendió a agradecer.
Un planeta que observa, mientras circulan mentes ciegas.
Un farol importante que ilumina este instante.
La guía consciente de un ser que siente.
Y las emociones son las canciones que nos acompañan.
Y la oscuridad, que nos brinda una nueva oportunidad.
Y una gran luz que ilumina mi camino, el GPS como destino.
Abrazos pendientes, que chocan con ojos que mienten.
Anhelando posibles encuentros, con caricias que guardo por dentro.
La soledad que se respeta, cuando uno tiene mayor edad.
La novedad de mis latidos, dándole sentido.
Y acá estoy, caminando, iluminando y amando.
MARIANO SANTORO