jueves, 29 de julio de 2021

Agua sanadora

 

Ojalá que el niño se permita jugar.

Que siempre mantenga la inocencia y la pureza del ser.

Que construya barquitos de papel y viaje en ellos.

Que sus emociones le den la fortaleza para descubrir nuevos lugares, nuevos mundos.

Que el mar lo abrace y sienta su protección incondicional.

Que bajo el cielo, pueda maravillarse con las nubes dibujando lo que su mente imagine.

Que sienta la energía y todo el poder del agua sanadora. 

Que el horizonte esté al alcance de la mano.

Que crea que todo es posible.

Que todo su cuerpo, se adapte al entorno.

Que lo que se suceda, sea tan transparente como su lugar sagrado.

Que se ría con ganas y sienta la compañía de las bellas personas.

De los que también creen que la niñez puede convivir con el adulto que somos.

De los capitanes de su vida.

De los que se dejan guiar por su corazón.

De los que aún escriben en papel.

De los que llenan una botella con una carta dedicada.

De los amantes eternos de la paz mental.

De los que saben disfrutar de cada instante.

MARIANO SANTORO