A través de la fidelidad hacia mí mismo, el respeto es uno de mis pilares.
El funcionamiento de mis valores se logra con ejemplo.
He rendido toda clase de exámenes sorpresa y en muchos de ellos, aprobé con la perseverancia.
Y en mi crecimiento, no sólo celebro cumplir años, sino que cumplo promesas.
Observar lo que me rodea y cómo afecta en mi cotidianeidad.
Reconocer que aún tengo mucho por evolucionar.
Y la aplicación de los valores heredados, es una de mis bellas costumbres.
La realización del ser humano, está en la constante motivación.
Aprender a ver, para saber en qué momento hay que esconder y proteger.
Aprender a callar, porque el secreto está en la confianza.
Aprender a silenciar, porque no todo se debe escuchar.
Rostros materiales que ponen en práctica lo que humildemente se aprende.
Enseñar que estamos llenos de admiración.
Porque cada día damos un paso hacia nuestro propósito.
Y en todo ámbito que me permita conocer, sin importar el aspecto que pueda ver.
El desempeño de mis acciones debe ser ejemplo.
Porque no se trata de conformidad, sino de considerar que somos sociales.
Prestar atención a lo que veo, a lo que digo y lo que escucho.
Y controlar lo que tenga que hacer, porque tengo que saber respetar.
MARIANO SANTORO