El verbo temporal me ayuda a viajar por distintas etapas de mi vida.
Las emociones, saben acompañar y se saben hacer su lugar preciado.
La memoria recuerda detalles de instantes llenos de amor.
La madre que dio vida a mi padre.
Fechas aniversario que dan comienzo a una inmensa historia.
Un pasado repleto de valores que me permitieron darle importancia a mi experiencia.
Un presente con fortaleza de las personas que me dieron su corazón.
Un futuro que escribo a diario y le pongo mucha fe en cada hoja.
Mi eterno GPS también conocido como Dios, me abre las puertas necesarias para que todo sea positivo.
Cuidar mi mente, en la que vive todo lo que supe proteger y que son parte de mi colección de sentimientos.
El cariño que doy a la gente cercana; esos que se hicieron espacio bien cerquita de mi ser.
Heridas que veo cicatrizar y distancias que vuelan y se acomodan en estrellas.
Valiosos segundos, para darle contenido a este mundo.
Espiritualidad que cura la realidad.
Siempre sanando y amando lo que me atrevo a crear.
Brújulas que juegan con el azar.
Sorpresa del destino y hacia dónde me quiera llevar.
Disponible y sensible, con un pasaporte que me transporte por la imaginación.
Sangre de mi sangre, esencia que se hizo canción.
MARIANO SANTORO
