Una tarde rutinaria te llevó hasta aquél banco que en sus tablas, había varios de tus recuerdos.
Algunos estaban grabados con una llave.
La misma con la que quisiste abrir varias ilusiones.
El cielo, estaba cubierto de nubes, al igual que tus pensamientos.
Era hora de despejar la mente y empezar a caminar.
Pero te tomaste un ratito para reflexionar.
Lo que transitaste, fue intenso y diste más de lo habitual.
Valoración y autoestima, eran palabras que habías escuchado, pero lo de practicarlas con vos, no estaban en la lista de prioridades.
La soledad es una carta que no todos están dispuestos a jugar.
La melancolía no estaba en el reglamento.
Una buena compañía, también es alimento.
A tu lado, en ese espacio de aire, estaban tus sueños de amor.
Quisiste saber en qué lugar estaba la persona indicada.
Y no hay un mapa en modo guía emocional, sino que había que apostar.
Lo nuevo trae sorpresas y no siempre estamos preparados.
El sentimiento está desierto y no ves consuelo para tus anhelos.
El fríos se siente en el cuerpo, pero no vas a permitir que lleguen al alma.
Nostalgia de todo y querés encontrar el modo, que te conduzca a la pasión.
Construir una relación que siga la dirección del corazón.
MARIANO SANTORO
