domingo, 29 de marzo de 2009

Amor tatuado

Hay tatuajes que uno elije hacerse y otros te los da la vida. Esos son los que realmente quedan bien aferrados a nosotros. Conocer a alguien, con la sensación de que no habrá nada más entre 2 personas. La costumbre de que la felicidad no fue hecha para nosotros. El pasado que nos taladra la mente al mismo tiempo. Darnos oportunidad. Abrirnos. Saber y alegrarnos que alguien se interesa en nosotros. Cariño. Ternura. Querer. Amar. Todo va en aumento. Confianza, con todo lo que cuesta ejercerla. Entregarnos y aprender. Toda información que llega de ese otro ser, es valiosa. Mantenerla, hacerla propia, compartir mucho más que momentos. Compartir latidos. Estar, cuando más se lo necesita.
Dios: a veces las lágrimas son descargas de tanta impotencia. El no poder ayudar cuando una persona cercana lo necesite. Y no es dejarse ayudar o no. Va mucho más.
A vos, que sé que estás siempre y que brillo y vivo por vos. Que mis fuerzas me las das vos. Que mi constante entrega a gente que quiero siga así. Que pueda dar todo de mí y al mismo tiempo me queden fuerzas. No está fácil vivir hoy día! La gente pide a gritos amor. Pero son gritos silenciosos y solo los escuchás vos y se te vuelve una carga. Mis seres más próximos y la gente que se suma a mi vida, no están pasando un buen momento.
FUERZA! Es lo que te pido. Me está costando salir. No quiero olvidar. Quiero mantener ese capricho. No puedo más. Pero sobre mis hombros, te siento y quiero que me levantes. Que me guíes.
PERDÓN! A todos los que hice daño.
GRACIAS! A todos los que me mostraron su vida y se suman a mi entorno.
Se puede amar tanto a una persona sin conocerla? Sí. Sino, no te amaría a vos.
No quiero dejarme llevar porque el "extrañar", suene a pérdida. Porque el "querer" y no tener se complica. Que el "amar" sin estar al lado de quien amamos sea un sueño. Quiero soñar. Quiero despertar y ver que la luz que me ilumina, lo hace también con la gente que conozco.
No te lleves a mi gente. No estoy preparado. Las personas que llegaron alguna vez, permíteme guardarlas en mi corazón. Que en cada cajoncito de mi alma y corazón, pueda estar la gente que extraño, que quiero y que amo. Lléname de paz. Paz mental. Salud, para poder abrazar con toda mi fuerza a quien lo necesite.
Acá estoy, sabelo!!! Y siempre voy a estar.
MARIANO SANTORO

domingo, 22 de marzo de 2009

Armadura emocional

No es necesario explicar la manera que nos han hecho daño. Todos y cada uno conoce sus debilidades y lo que tanto le ha costado salir, si es que obtuvieron esa victoria. Las dudas y desconfianza se hicieron piel y nos cuesta empezar de nuevo. Recorrer el camino que ya conocemos y recorrer las mismas calles de la vida y del amor; se hacen muy difícil. Nada nos sorprende, creemos haber vivido y visto todo. La pesadez y esa carga que ya poco tiene de espiritual, nos cuesta llevarla.
Mezclar y dar de nuevo no es fácil ponerlo en práctica. El dolor al fracaso nos tira y empuja muy abajo. Las heridas ya ni tienen sangre por sangrar. La cabeza está colmada de problemas y nos desviamos; resignamos al amor como algo ya poco importante y el encierro en nosotros se va apoderando de todo.
La misión es empezar a armar esa caparazón. A valorarnos y hacernos fuerte, aunque la fortaleza no la soporte nuestro cuerpo de tantos errores. Tapemos lo que nos da vida, con botones o lo que sea bien duro; no importa de qué tamaño, hagamos que parezca lindo, reciclemos lo que más valor tiene y protejámoslo de todo mal. Con la aguja de la experiencia vayamos cociendo uno a uno para hacer una armadura, pero a la vez, con un toque de belleza. Desde adentro es que sale la luz. La luminosidad nos permite disfrutar de muchas cosas. Ver que se puede. Ver que aún tenemos mucho por dar y mucho más por recibir. Que lo que llega de forma casual, tenga una causalidad en pos de mejorar. Ver que si nos hacemos una cirugía interna, se pueda ver reflejada en nuestros rostros con las enormes ganas de saber que aunque las puertas ya las conocemos, podemos darle otro sentido, podemos verlas diferentes, cambiar los muebles con la imaginación y armar nuestro mundo ideal. Armar, como si se tratase de un juego de niños, pero sabiendo que estamos armando mucho más que un juego: nuestra felicidad. Soñemos despiertos para que en el momento del verdadero descanso, estemos satisfechos de saber que lo logramos.
MARIANO SANTORO

jueves, 19 de marzo de 2009

Mirando con el alma

Hay días en los que no le vemos sentido a la vida. Todo lo que nos rodea se desmorona. Nuestros proyectos se desvanecen y la esperanza es algo que pocas veces la tenemos a favor. No es una tarea fácil seguir, pero nos lo debemos. Nos obsequiaron el poder vivir y la vida es el ring que tenemos que subir a pelear día a día. No tenemos entrenamiento, nos hacemos a los golpes y los recibimos y nos cuesta aguantarlos. La confusión se hace presente y dudamos hasta de nuestros seres más cercanos. Las lágrimas contenidas durante tanto tiempo, casi congeladas, están golpeando para salir, listas a bañar nuestro rostro de angustia y tristeza. Hasta cuándo? Es una de las miles de preguntas que aparecen. Como en una ruta a contramano, donde nos bombardean preguntas que no tienen respuestas, nos vemos indefensos y desprotegidos. Niños en cuerpos adultos. Desnudos en lugares donde el amor es la ropa menos usada. La sonrisa que alguna vez tuvimos y la supimos usar, se perdió. La soledad es saber que los amigos se han alejado. Ya ni siquiera somos recuerdos de alguien. Arriba, muy arriba nuestro hay algo que no se ve, pero se siente y nos hace sentir bien. Es conocido como Dios y creador de la tierra y de nosotros mismos. Cada moretón lo siente él también. No quiere vernos mal.
De dónde sacamos las fuerzas? Acaso las tenemos? Las tuvimos alguna vez?
Es tan duro amar, hay tanto para odiar; dice la letra de una canción. Tratemos de ir a algún sitio alto, una terraza o lo que sea. Miremos el mundo, miremos con la valentía de saber que no vamos a abandonar la vida, sino a enfrentarla y disfrutarla. Hay demasiadas cosas bellas alrededor. Hagamos que valga la pena cada latido. Soñemos despiertos y despertemos a nuevas metas. Abramos las ventanas y saquemos la oscuridad que nos tapa la visión de estar bien. No estamos solos. En todo caso, somos cantidades de solitarios. Somos muchos los que llevamos mochilas imposibles de llevar. Vivir. Amar. Latir. Tengamos la habilidad de no sentir miedo. En las alturas está la paz. No perdamos el equilibrio. Seremos recompensados. Nos queda mucho por delante, aunque estemos en un precipicio. No es cuestión de saltar, sino de volar. Se puede de la mano de la fe. Volá, abrí las alas de la imaginación. El viento te guiará y te hará aterrizar cuando estés lista a ser feliz. Preparate, te vas a sorprender de todo lo que la vida te tiene guardado.
MARIANO SANTORO

sábado, 14 de marzo de 2009

Aire de todos

Hace mucho que no respirás?
Hablo del verdadero respiro. De ese que nos alivia; del que nos da aire para poder seguir.
La rutina es la gran devoradora. Sentimos que el aliento se nos aleja. Que todo se hace más espeso, como el aire en un día agobiante.
Cuánto hace que no te regalás un día para vos?
Hacer que sea especial, aunque no hagas nada, pero ese "nada" ya de por sí es mucho, ya que lo usás para tu espacio.
Cubrir y tapar cada espacio de tu propio espacio. Que tu mundo lo gobiernes vos, aunque sea por un solo día. Que las leyes no existan y que todos tus pensamientos sean desfragmentados. Que las ideas se ordenen. Que los sueños y metan se renueven y cobren vida. Porque sin aire no vivimos y esa vida que tanto anhelamos está demasiado cerca.
Abrí una ventana. Salí y sentate un rato en una plaza. Cerrá los ojos y dejate llevar. Es probable que al lugar en que viajes, te haga feliz. Todo se puede. A muchos nos cuesta demasiado y es por eso que nos debemos aumentar la fortaleza física y espiritual. Cuando inhales la próxima vez, juntá deseos y exhalalos. Sacalos de tu ser para que se hagan realidad.
MARIANO SANTORO

miércoles, 11 de marzo de 2009

Alejándome del mar

Tuve la oportunidad de sentir el mar en mi cuerpo. Tanta cantidad de agua, orgullosa y codiciosamente para mí solo. Soy agua, mi signo occidental es agua y necesitaba esa ducha de energía. Me bañé, me arrodillé y lo enfrenté. Las olas se acercaron y me fortalecieron. Me dieron ideas. Me renovó. Algunos dolores se están yendo. Los físicos no serían tan importantes, hablo de los emocionales. Esos que tanto cuestan abandonar. Nuestro cerebro a modo de imán, los atrae. Se adhieren a nosotros y van tomando control. Esos dolores ya hechos síntomas, casi imposibles de borrar y los malditos recuerdos nos los traen en momentos en los que creemos que estamos superándolos.
Vuelvo con el mar como aliado, como mi mejor amigo y con ganas de crear una sociedad. La música es el aire que respiro y sin ella no puedo hacer nada. La música se compone curiosamente con esas 3 letras: MAR. Melodía. Armonía. Ritmo. Hagamos nuestras propias melodías. Seamos armoniosos en nuestra vida. Pongámosle el ritmo que deseamos y en el momento adecuado. Bailemos de alegría. Disfrutemos lentamente. Sembremos ideales y usemos el agua de mar, el agua de la energía positiva.
Físicamente abandoné al mar y a la vez lo llevo conmigo. Amar al mar. Yo soy el mar. Soy el que besa la arena, la adora, la siente, deja huellas y rastros. Se entrega y se vuelve a ir. Con la libertad y sabiduría que volverá a repetir ese ritual. El mar está y es libre, la arena mujer está a su espera, a su llegada.
Ojalá logres ser como la arena y ser paciente. La paciencia para saber que pronto tendrás tu propio mar besándote y dándote la energía para seguir, para sentirte completa y llena de felicidad. Ya sos feliz, pero no te das cuenta. Tenés mucho que no sabés de vos. Conocete. Mírate por dentro. Buceá por tus sentimientos y encontrarás el más hermoso mar que jamás imaginaste.
Y lo mejor, es que solo te pertenece a vos.
MARIANO SANTORO

domingo, 8 de marzo de 2009

Con M de MUJER

La mujer que me enseñó a besar, hoy está en el cielo.
La mujer que me enseñó a tener una amiga y saber lo que es la amistad verdadera y mixta, hoy está en Barcelona y formó una familia.
La mujer que conocí en el día de la mujer y pude llamar novia, está muy bien con su hijo y su nueva pareja y tengo un buen trato.
Las mujeres que elegí como hermanas de la vida; qué más puedo darles que todo mi amor eterno.
A la psicóloga que adoro y varias veces terminé psicoanalizándola a ella.
A mi compañera de recitales.
A la que conoce mis locuras y tenemos coincidencias musicales.
A mi otra mitad que compartimos gustos algo morbosos.
A mi Tarotista en la que no acierta nunca y sus cosas no están muy bien.
A las caprichosas que pudieron reconocer que mis palabras les harían bien y lo comprobaron.
La mujer que me mostró que se puede cambiar cuando uno quiere y se pueden abandonar prejuicios; está ... pero no de la manera en que quisiera.
Las mujeres que me han confiado sus vidas, miedos, temores, amores, desgracias, engaños y mucho más; están y me alegro que sigan estando.
Las mujeres que aún no conocí y logré tener una confianza increíble y ellas han confiado en mí, les agradezco y saben que seguiré estando.
A esa niña con enormes ganas de ser mujer, acá estoy y estaré ayudándola siempre.
A esas mujeres que se enamoran de mí, sin haberme visto, les digo que mi personalidad y mi pureza superan a la imagen que ven en mis fotos; soy mucho más que una sonrisa, que una buena escenografía, más que una producción.
Soy una persona que sé querer, amar y encariñarme.
Que sé extrañar, admirar y engancharme en problemas ajenos.
Soy el que brinda confianza, el que ayuda, se preocupa; el que quiere saber si están bien.
Soy un hombre sensible, sin miedo a mostrarlo.
Mi romanticismo está al alcance de quien sepa valorarlo.
Mis palabras salidas de mi boca, mis mensajes de celular, mis escritos que son mi experiencia volcados en la virtualidad.
Mis latidos de emoción, de esperanza, de ilusión, de felicidad.
Tengo enormes cualidades y cantidad de ganas de estar bien.
Tengo orgullo, prejuicios y mucho más.
Tengo amor para dar.
Tengo de todo, pero todo lo que soy, no lo hubiese tenido sin ustedes y voy más allá de mi madre.
Sin esas mujeres que me han ofrecido casamiento; a las que yo les he propuesto ser madre de mi hija.
A las que están y han estado.
A las que vengan, sepan entender mi vida y manera de ser.
Entre todas, han hecho de mí un hombre que les agradece eternamente.
Un día no alcanza para acordarse.
Yo me acuerdo todos los días de ustedes y muchas lo saben.
Las quiero y acá tienen siempre que necesiten, una palabra.
Les debo tanto que prefiero no dormir para devolverles lo que me han dado.
Y no quiero saber que sufren, que están mal.
Que las lágrimas que quieran salir, lo hagan porque son felices.
Son demasiado hermosas y voy más allá de la belleza física.
Se merecen mucho.
GRACIAS Y FELIZ DÍA!!!
MARIANO SANTORO

lunes, 2 de marzo de 2009

Dividiendo sentimientos

Desde lo más profundo de nuestro ser, deseamos que jamás nos suceda, pero en el caso extremo de llegar al final de una pareja, llega una etapa de desgaste emocional que nos destroza. Cantidad de sueños, proyectos y una enormidad de momentos donde dejamos "la vida", se van literalmente a la mierda.
Cómo salir? Se puede salir? Mezclar y dar de nuevo, sería la opción más fría con la cual podríamos autoayudarnos. Pero nada es fácil. El haber convivido y compartido nuestro corazón, nos tira muy abajo. El querer salvar la situación sería lo más adulto que podemos hacer, pero no siempre salvando, nos salvamos nosotros.
El tenedor sos vos, el cuchillo soy yo. Lo que pensamos para ambos, debemos dividirlo; pero el plato, simboliza la vida y eso, no permitamos que nos roben.
No se llega a una separación por algo simple. Desde una discusión inocente, pasando por el dolor físico y el emocional, hasta darnos cuenta que toda la magia se ha esfumado. Tanta entrega y tiempo invertido en uno de nuestros bienes más preciado: el corazón; se aleja junto a nuestro ánimo. Comienza la era de superación y si somos personas con valores y una crianza muy especial y tan humana que nos inculcaron los padres, nos encontramos desconcertados. Vacíos y hasta casi sin rumbo.
Tengo la solución? No. Pero la FE en que de algún momento a otro la encontraremos, nos puede ayudar.
Hace algún tiempo he escrito: "No puedo ordenarle a mi corazón que no te quiera", pero cuando ese corazón ya no late con alegría, cuando las palpitaciones solo son de nervios y bronca y el rencor comienza a nacer y crece a pasos agigantados, es obligación, por nuestra salud mental: levantar la mirada, llevarnos nuestra valija de orgullos y empezar a caminar, para poder encontrar el camino que Dios nos tiene preparado. Él, no nos va a abandonar. No será un cambio o mejora repentina. Varios obstáculos son los que tendremos que atravesar, pero está en juego lo más importante: nuestra felicidad.
El diálogo, el dar la cara y tener el coraje de haber expuesto verbalmente que algo terminó, algo ha muerto, nos dejará algo menos aliviados, porque sabemos que vamos por más. Que ese largo ensayo en la búsqueda de lo que pudo haber sido "la pareja de nuestra vida", quede de la mejor manera posible. El odio estará tan cerca de nosotros, que lo sentiremos como si fuese nuestra piel, nuestra sangre.
Perder? Nunca se pierde. Primero estamos nosotros y luego todas las personas con las que deseamos que se sumen al hermoso camino de felicidad.
Olvidar? No hay receta para esa enfermedad, pero el recordar, nos debería servir para esforzarnos y decirnos a nosotros mismos: Nunca más permitiré volver a repetir este error. La confianza en nosotros y esa fortaleza que casi ni la sentimos, está bien pegada a nosotros. Miremos dentro nuestro. Cerremos los ojos, tomemos aliento, hagamos algo que nos identifique, hablemos con gente que nos quiere, dejemos que nos quieran, no sintamos vergüenza de vernos débiles, porque la debilidad nos hace ver que dentro de nosotros hay mucho y de lo bueno. Valor, fuerza, coraje; tantas palabras que sabemos su significado y que no sabemos usarlas, porque llegamos muy profundo y esa profundidad, tiene un fin. Pero no dejemos que sea el fin de nosotros. Dibujemos una sonrisa en el rostro. Tengamos la humildad de pedir ayuda y te prometo que tendremos recompensa.
MARIANO SANTORO