Hablo del verdadero respiro. De ese que nos alivia; del que nos da aire para poder seguir.
La rutina es la gran devoradora. Sentimos que el aliento se nos aleja. Que todo se hace más espeso, como el aire en un día agobiante.
Cuánto hace que no te regalás un día para vos?
Hacer que sea especial, aunque no hagas nada, pero ese "nada" ya de por sí es mucho, ya que lo usás para tu espacio.
Cubrir y tapar cada espacio de tu propio espacio. Que tu mundo lo gobiernes vos, aunque sea por un solo día. Que las leyes no existan y que todos tus pensamientos sean desfragmentados. Que las ideas se ordenen. Que los sueños y metan se renueven y cobren vida. Porque sin aire no vivimos y esa vida que tanto anhelamos está demasiado cerca.
Abrí una ventana. Salí y sentate un rato en una plaza. Cerrá los ojos y dejate llevar. Es probable que al lugar en que viajes, te haga feliz. Todo se puede. A muchos nos cuesta demasiado y es por eso que nos debemos aumentar la fortaleza física y espiritual. Cuando inhales la próxima vez, juntá deseos y exhalalos. Sacalos de tu ser para que se hagan realidad.
MARIANO SANTORO