sábado, 25 de abril de 2009

Mirando con pasión

Será un día normal. Casi ni te darás cuenta. La rutina que venías viviendo se transformará. Algo en vos tendrá sed de conocimiento. Te vas a empezar a liberar, a sentir y a darte cuenta que dentro de tu ser había deseos adormecidos. Ese sueño que parecía eterno en el que te veías sola, ya parece no serlo. El encanto se ha perdido. Esa maldición de no saber de dónde provenía comienza a desvanecerse. Tus ojos van tomando un brillo especial; ese es el brillo de ser feliz. Y vuelvo a decir que no te darás cuenta, ya que llegará en el momento más sorpresivo. Las mini historias que estaban gestándose se irán por otro rumbo, hay gente que quedará, pero será otro el rol que cumplirán. Y vos, tomarás el control, serás la protagonista de tu propio sueño, incluso aquél que jamás te atreviste a soñar. Querrás hacer cosas que nunca hiciste y las vivirás sin culpa. No existe la culpa cuando se ama. Cuando logres mirar con los ojos del corazón, tu mirada cambiará y la gente lo notará. Todos serán testigos de tu cambio, de tu progreso. Ese crecimiento que ya no estaba en tu meta a corto o largo plazo; simplemente llegó y es tu deber disfrutarlo. Es raro y algunos miedos llegarán, pero tu fe y lo que te hace vibrar por dentro, te los borrarán pronto. Es tiempo de amar. De liberar tu mente y sentir, pero sintiendo de la mejor manera posible. En la que tu cuerpo explotará de pasión. Tus manos tocarán otra piel, otro cuerpo y se unirán a él. Todo es posible, creyendo que se puede. Desde lo más alto, te guiarán y su bendición estará a tu disposición, tu trámite es tan solo ir en su búsqueda. El gran misterio del amor estaba escondido y hasta es probable que estuviera tan cerca que no lo veías. No hay distancia que impida ser feliz. Si llegás a amar a alguien, esa persona estará viviendo en tu corazón y entonces, cuando sientas que no lo tenés en persona, en cuerpo presente, solo toca tu corazón y estará latiendo a tu par, a tu lado. Latiendo por vos.
MARIANO SANTORO