jueves, 2 de abril de 2009

Mucho más que 4 letras

Todos tenemos de ambos. El odio y el amor está instalado en nosotros, lo que único que varía es el porcentaje. La rutina y los que nos rodean, exceptuando seres queridos, nos inclinan del lado malo de la balanza. Circunstancias ajenas a nosotros nos hacen sentir lo peor, sacan a la luz sentimientos nunca antes encontrados y nos desconcertamos, descreemos que eso se nos puede llegar a ocurrir a nosotros; personas creyentes que tratamos día a día de mejorar, de estar mejor con todo el mundo; pero si cada vez que estamos bien con 2 personas, 10 nos llevan la contra; en un momento explotamos. Reventamos. Somos cuerpos sumamente débiles y que nos permitimos vivir de una manera lo más razonablemente educados. Llegamos al fondo. Cuando una situación imposible de creer nos toca de cerca, tropezamos. Si se suma otra más, por ejemplo algún familiar pasando un mal momento; sentimos la trompada. Si una persona ya harta de sufrir, harta de sentirse vacía, donde siente que ha perdido hasta el color en su vida por culpa de hijos de puta (también conocido como ladrones) y la golpean y más allá de golpes que dejan marca externa, nos duele más la que queda por dentro. Y le llega de milagro una chance de ser feliz y eso la ilumina. A ella, a mí y a otras personas que están a mí alrededor. Muchas, están pasando momentos malos. Ya no alcanza con consolarnos que se trata de falta de dinero. No es solo eso. Ya nos quitan mucho. Material, física, mental y espiritualmente. Nos quitan vidas cercanas.
Cómo no odiar? Cómo no liberar tanto rencor? Bronca?
Ya esa palabra quedó muy débil para explicar lo que se siente.
Cuál sería la palabra adecuada?
Supongo que NOSOTROS. Priorizarnos. Valorarnos cada día y hacer el esfuerzo, sí, otro más y nos va a costar mucho, pero debemos hacerlo. No nos entreguemos, no caigamos. Cuando llegamos al fondo, ya no hay más por bajar. Hagamos el camino inverso. Mutemos el odio, transformándolo en amor. Cerremos los ojos, miremos nuestro corazón. Pensemos en positivo y de a poco, una leve sonrisa se hará presente. El cuerpo empezará a sentir ganas. Los músculos se acomodarán y una increíble paz nos tocará y eso será el primer paso hacia la luz. Hacia el amor. Hacia progresar.
Me querés acompañar? Yo quiero ese cambio!!!
MARIANO SANTORO