Cada día sentimos que estamos vivos y nos alegramos.
En cada latido comprobamos que lo que hacemos, sale realmente del corazón y todo lo que sucede, son pruebas para fortalecer ese corazón herido.
Todos hemos pasado por momentos fuertes y hasta hemos tropezado, pero nunca dejamos de latir; nunca dejamos de sentir lo que amamos y lo que queremos para nuestra vida.
Las lágrimas que hemos dejado caer; no fueron porqué sí.
Todo tiene un motivo, todo tiene un plan maestro.
Hay veces en que descreemos que lo que nos pasa es por algo especial.
Ser fuertes, creer y ser uno mismo es la clave.
Nada es fácil, pero mucho menos si no lo intentamos.
Acaso el amor no es dar todo?
Amemos y permitámonos sentir.
Y llegará un día en que un beso nos expresará lo que hasta hoy no sentimos y esa persona comenzará a ver nuestro corazón, pero del lado interno; el que más protegemos.
Entre lo que deseamos, es que del otro lado, nos puedan conocer en su plenitud; que sepan quiénes somos y cuáles son nuestros secretos.
En cada nuevo pensamiento, en cada abrazo que recibimos nos dan más ganas de dar y de compartir.
Es el momento de volver a soñar y de creer.
Si alguna vez pensás en mí, es probable que esté dando vueltas en tu mente.
Si alguna vez no me encontrás, estoy del lado del corazón.
Mi lugar ha sido siempre el amor; he ido y venido y caminado una gran cantidad de calles.
El empedrado me ha enseñado a mantener la firmeza.
Los edificios me han mostrado que la gente trata de cubrirse lo máximo que pueda.
Y es probable que muchos no hayan conocido el amor.
Hoy puede ser el día en que te cruces conmigo; pero no tiene que ser solo en persona, sino en esencia.
Me gustaría una cita en algún sueño; te esperaría junto a todo lo que amás; tendría un control para abrir todas las puertas que la vida te ha cerrado.
Cumpliría tus propios sueños, ya que al hacerlo, se hacen realidad los míos.
El amor se siente y se respira; el amor sos vos y te escribo a vos.
Hoy, es un día para amar con el corazón.
Que la distancia no impida este acercamiento.
Que la frialdad se apague con el calor de la pasión.
Que al cerrar los ojos, puedas mirarme de verdad.
Y siempre estaré del lado del corazón; ese es mi lugar!
MARIANO SANTORO