Mi nombre es Mariano y al igual que el mar, estoy lleno de energía.
Mi nombre es Mar, agua y fortaleza; miedo y alivio; tranquilidad y movimiento.
Mi nombre es Amor; ya que sin él no se puede vivir. Dios es amor, todo es amor si lo vemos con los ojos del corazón.
Mi nombre es Recuerdos, ya que sin ellos, no sería quien soy. Inmensa cantidad de momentos vividos que han hecho que la experiencia sea mi raiz más fuerte.
Mi nombre es Inteligencia, ya que con ella me guio, me manejo y trato de sortear cada obstáculo que pasa delante de mí.
Mi nombre es Ayudar, ya que al hacerlo, me lleno de energía, de paz, de alegría y satisfacción. La felicidad crece cuando se hace desinteresadamente.
Mi nombre es Nacer, ya que en cada amanecer, en cada día tengo la chance de ver lo mejor de mí y de alejar lo que no me sirve y seguir.
Mi nombre es Oportunidad, porque siempre se puede si se quiere desde el alma. Dar para recibir, oportunidades para no perder.
Podrán llamarme de distintas maneras y hasta incluso algunos se irán de mi vida por diferencias; pero jamás perderé mi seguridad y mi personalidad.
A muchos no podrá gustarle cómo soy y es normal; eso es la vida, no soy el centro del mundo, sino un integrante de este planeta que ama y quiere hacer el bien.
Al igual que en el mundo o en muchos aspectos de la vida, hay 2 lados y sé muy bien el camino que estoy caminando y que hago bien.
Podrán decirme ególatra, soberbio, engreído, caprichoso; pero siempre seguiré siendo yo mismo.
Lo que vean no es lo que importa, sino lo que haga.
Este envase que contiene a Mariano es un ser extremadamente sensible que se endurece para la gente ignorante que cree que haciéndome daño, ganarán.
El único que gana es Dios y los que estamos con él.
Son muchas las puertas y son muchas las veces que tratarán de golpearme, pero todas, jamás podrán contra mí.
Siempre seré Mariano, aunque a muchos no les guste.
Siempre habrá alguien que me necesite, alguien que me ame, siempre habrá arena y siempre habrá mar.
Y cuando haya oscuridad, no dudaré en ir a alumbrar el camino de quien me pida ayuda.
MARIANO SANTORO