Las marcas de tu cuerpo no todas se transformaron en cicatrices.
Tu cuerpo ha sido testigo de distintas experiencias donde te dejaste llevar por tu pasión y la energía que pusiste en cada una de ellas.
Todas las veces, fuiste vos misma y eso es lo que realmente importa.
Has vivido situaciones diversas y tu mente creció.
Te diste cuenta que podías liberarte de prejuicios y que haciendo lo que desees con el corazón, todo es mejor.
La lógica, te puede privar de momentos únicos y debemos alejarnos de razonar.
Si pensamos no disfrutamos.
Si vivimos, la satisfacción es más plena.
Todo lo que hagamos en nuestra vida debe llenarnos emocionalmente.
Los cuerpos suelen ser diferentes pero las sensaciones que se viven son extremadamente especiales y únicas.
Tu cuerpo recordará por siempre lo que es sentirse bien.
Las huellas que hay en tu alma, fueron concebidas por personas que te dieron su alma y vos, entregaste toda tu pasión.
El amor se acercó a vos y fue lo que te unió.
El amor más impresionante que hayas experimentado, fue cuando fuiste vos misma.
Cuando la sinceridad se apoderó de la situación.
Cuando no existió la competencia, sino que compartieron palabras silenciosas y miradas cómplices.
Hoy recordás y una inmensa sonrisa llena tu ser.
Hoy, tu cuerpo tiene memoria y sabe lo que es bueno para vos.
Porque en la entrega verdadera sabemos lo que es el amor genuino y más puro.
Memorias de momentos.
Recuerdos de sentimientos.
Pensamientos que se reflejan en los del otro.
Sensaciones que nos sanan.
Lo que hacés con tu cuerpo, cura.
Porque si te dejás guiar por tu ser, no hay razón para no ser feliz.
En la felicidad de tus actos se exterioriza tu alegría por darte cuenta de lo que estás viviendo.
Y si alguna vez perdés la conciencia, que sea mientras estás amando, ya que al fusionarte con el otro, tu cuerpo tiene una extensión de vos y no importará lo que suceda externamente, porque en el interior de vos misma, es por donde pasa la vida real.
MARIANO SANTORO
Tu cuerpo ha sido testigo de distintas experiencias donde te dejaste llevar por tu pasión y la energía que pusiste en cada una de ellas.
Todas las veces, fuiste vos misma y eso es lo que realmente importa.
Has vivido situaciones diversas y tu mente creció.
Te diste cuenta que podías liberarte de prejuicios y que haciendo lo que desees con el corazón, todo es mejor.
La lógica, te puede privar de momentos únicos y debemos alejarnos de razonar.
Si pensamos no disfrutamos.
Si vivimos, la satisfacción es más plena.
Todo lo que hagamos en nuestra vida debe llenarnos emocionalmente.
Los cuerpos suelen ser diferentes pero las sensaciones que se viven son extremadamente especiales y únicas.
Tu cuerpo recordará por siempre lo que es sentirse bien.
Las huellas que hay en tu alma, fueron concebidas por personas que te dieron su alma y vos, entregaste toda tu pasión.
El amor se acercó a vos y fue lo que te unió.
El amor más impresionante que hayas experimentado, fue cuando fuiste vos misma.
Cuando la sinceridad se apoderó de la situación.
Cuando no existió la competencia, sino que compartieron palabras silenciosas y miradas cómplices.
Hoy recordás y una inmensa sonrisa llena tu ser.
Hoy, tu cuerpo tiene memoria y sabe lo que es bueno para vos.
Porque en la entrega verdadera sabemos lo que es el amor genuino y más puro.
Memorias de momentos.
Recuerdos de sentimientos.
Pensamientos que se reflejan en los del otro.
Sensaciones que nos sanan.
Lo que hacés con tu cuerpo, cura.
Porque si te dejás guiar por tu ser, no hay razón para no ser feliz.
En la felicidad de tus actos se exterioriza tu alegría por darte cuenta de lo que estás viviendo.
Y si alguna vez perdés la conciencia, que sea mientras estás amando, ya que al fusionarte con el otro, tu cuerpo tiene una extensión de vos y no importará lo que suceda externamente, porque en el interior de vos misma, es por donde pasa la vida real.
MARIANO SANTORO