Todos tuvimos un pasado y no todo ha sido del color de nuestro agrado.
Hemos pasado por diferentes situaciones que dejaron su huellas.
Pero como debemos tener una mente saludable para poder seguir y optar por el mejor camino; nos permitimos recordar lo bueno.
Y ahí aparecen esas fechas para recordar.
Las que por algo que para muchos puede ser muy simple, para nosotros sirvieron para ese primer paso a todo lo que vino luego.
Las decisiones son difíciles de tomar si vivimos en un estado de confusión, pero cuando dejamos de lado el razonamiento y nuestros actos salen del corazón y le vamos sumando la sinceridad, el respeto y los buenos deseos de que lo que esté por venir es para sumar; bienvenida sean esas decisiones.
Cerrar círculos no significa terminar, sino que se le encuentra la manera de redondear el motivo por el cual estamos al lado de una persona.
Todo lo que se vivió, seguirá ocupando el espacio debido en nuestra mente y cuando lleguen esas fechas para recordar, volverán a nosotros algunos pensamientos y ojalá sean de los positivos, de esos en los cuales compartimos muy buenos momentos.
No tiene ningún sentido seguir enroscado con la negatividad de una constante discusión con ganas de competir.
Los recuerdos tienen un valor extremadamente grande como para ser puestos en una balanza.
La vida no tiene precio; las personas no se las acumula, sino que se las suma a nuestras vidas por sus actos y si estos, han sido buenos, perfecto; más a favor de seguir con esos buenos recuerdos.
Cada momento tiene sus cosas favorables y de las otras.
Cuando hacemos buen uso de la memoria y solo recordamos a modo de una mini película, detalles donde la alegría tomó el control de nosotros y nos mantuvo, uno, dos o muchos días en una sucesión de meses, nuevamente estaremos tomando la decisión correcta de quedarnos y optar por lo mejor que nos dieron y que dimos.
El único ida y vuelta está en las acciones que hicimos correctamente y desde nuestro interior.
Lo demás, es vender un personaje.
Y no todos conocen al que vive dentro de ese personaje; sino que al tener una mente sana, eligen conocer a la persona.
Somos mucho más que un nombre o un instante.
Somos personas con nuestras virtudes y defectos, con risas y angustias, con ganas y más ganas de ser felices.
Es muy agradable estar haciendo cualquier actividad y que venga a nuestra mente un gran recuerdo.
Esos momentos que pasamos y que los vivimos con intensidad.
Los que tienen el gran poder de cambiar nuestro estado anímico.
Los que logran un efecto casi perfecto en nosotros.
Todo lo que se ha vivido sanamente y regresa por intermedio de los buenos recuerdos, nos generan interiormente una sensación increíble.
Muchas veces no tienen palabras, porque los sentimientos fueron fuertes y están ahí, dentro de nuestro ser.
Todos tenemos fechas para recordar y ojalá que cada una de ellas, tenga el mejor contenido, el que nos traiga esa felicidad vivida y sabiendo que aunque hoy no estén esas personas, se las recuerda con mucho cariño.
Esas fechas nos transforman y nos alientan a ir por más.
Si nos permitimos recordar lo bueno, nos aseguramos un buen futuro con la energía de saber que podemos hacer cosas que más adelante, nos sintamos orgullosos, ya que estamos logrando nuevos recuerdos.
Cuando actuamos desde la sinceridad y desde la unión de poder compartir mucha alegría sana, al instante de hacerlo, ya es parte nuestro y pasan a ser hermosos recuerdos.
Somos lo que vivimos y experimentamos.
Somos personas que vivimos muchas cosas.
Y mientras recordemos lo bueno, nuestra mente se mantendrá saludable y los pensamientos, serán higiénicos, estarán limpios de oscuridad.
Queremos quedarnos con lo bueno.
Querer es poder y saber que hay mucho camino por delante.
La gente de verdad, quedará por siempre en nuestra vida y en nuestros recuerdos.
MARIANO SANTORO
Hemos pasado por diferentes situaciones que dejaron su huellas.
Pero como debemos tener una mente saludable para poder seguir y optar por el mejor camino; nos permitimos recordar lo bueno.
Y ahí aparecen esas fechas para recordar.
Las que por algo que para muchos puede ser muy simple, para nosotros sirvieron para ese primer paso a todo lo que vino luego.
Las decisiones son difíciles de tomar si vivimos en un estado de confusión, pero cuando dejamos de lado el razonamiento y nuestros actos salen del corazón y le vamos sumando la sinceridad, el respeto y los buenos deseos de que lo que esté por venir es para sumar; bienvenida sean esas decisiones.
Cerrar círculos no significa terminar, sino que se le encuentra la manera de redondear el motivo por el cual estamos al lado de una persona.
Todo lo que se vivió, seguirá ocupando el espacio debido en nuestra mente y cuando lleguen esas fechas para recordar, volverán a nosotros algunos pensamientos y ojalá sean de los positivos, de esos en los cuales compartimos muy buenos momentos.
No tiene ningún sentido seguir enroscado con la negatividad de una constante discusión con ganas de competir.
Los recuerdos tienen un valor extremadamente grande como para ser puestos en una balanza.
La vida no tiene precio; las personas no se las acumula, sino que se las suma a nuestras vidas por sus actos y si estos, han sido buenos, perfecto; más a favor de seguir con esos buenos recuerdos.
Cada momento tiene sus cosas favorables y de las otras.
Cuando hacemos buen uso de la memoria y solo recordamos a modo de una mini película, detalles donde la alegría tomó el control de nosotros y nos mantuvo, uno, dos o muchos días en una sucesión de meses, nuevamente estaremos tomando la decisión correcta de quedarnos y optar por lo mejor que nos dieron y que dimos.
El único ida y vuelta está en las acciones que hicimos correctamente y desde nuestro interior.
Lo demás, es vender un personaje.
Y no todos conocen al que vive dentro de ese personaje; sino que al tener una mente sana, eligen conocer a la persona.
Somos mucho más que un nombre o un instante.
Somos personas con nuestras virtudes y defectos, con risas y angustias, con ganas y más ganas de ser felices.
Es muy agradable estar haciendo cualquier actividad y que venga a nuestra mente un gran recuerdo.
Esos momentos que pasamos y que los vivimos con intensidad.
Los que tienen el gran poder de cambiar nuestro estado anímico.
Los que logran un efecto casi perfecto en nosotros.
Todo lo que se ha vivido sanamente y regresa por intermedio de los buenos recuerdos, nos generan interiormente una sensación increíble.
Muchas veces no tienen palabras, porque los sentimientos fueron fuertes y están ahí, dentro de nuestro ser.
Todos tenemos fechas para recordar y ojalá que cada una de ellas, tenga el mejor contenido, el que nos traiga esa felicidad vivida y sabiendo que aunque hoy no estén esas personas, se las recuerda con mucho cariño.
Esas fechas nos transforman y nos alientan a ir por más.
Si nos permitimos recordar lo bueno, nos aseguramos un buen futuro con la energía de saber que podemos hacer cosas que más adelante, nos sintamos orgullosos, ya que estamos logrando nuevos recuerdos.
Cuando actuamos desde la sinceridad y desde la unión de poder compartir mucha alegría sana, al instante de hacerlo, ya es parte nuestro y pasan a ser hermosos recuerdos.
Somos lo que vivimos y experimentamos.
Somos personas que vivimos muchas cosas.
Y mientras recordemos lo bueno, nuestra mente se mantendrá saludable y los pensamientos, serán higiénicos, estarán limpios de oscuridad.
Queremos quedarnos con lo bueno.
Querer es poder y saber que hay mucho camino por delante.
La gente de verdad, quedará por siempre en nuestra vida y en nuestros recuerdos.
MARIANO SANTORO