Perlada es la vida cuando el amor es quien se apodera de nosotros.
Nuestro ser comienza a adornarse con las maravillas que nos genera sentirnos queridos y poder dar lo mejor de nosotros.
El corazón, se siente importante al tomar una relevancia y ofrecer lo que mejor sabe; sus sentimientos.
Y los latidos que acompañan, hacen que la vida tome colores fantásticos; nacarados y que junto a la magia del sol, forman nuevas tonalidades.
Perlada se hace nuestra meta cuando nos dejamos guiar por el niño interior.
La sensibilidad cobra protagonismo, porque todo lo bueno y positivo que emana de nosotros, nace del poder divino y divino es poder amar a quien nos ama.
Esa conexión que une humanidad y espiritualidad; la que nos eleva a un nivel donde el amor reina.
Perla natural que ha nacido pasando por situaciones extremas.
Y la vida ha sabido fortalecernos para continuar viaje.
Y hemos conocido pruebas y exámenes, hemos conocido el dolor y sufrimiento; la soledad y la indiferencia.
Hemos conocido mucho externo y también, tuvimos tiempo para autoconocernos.
Ese fue el instante en que decidimos dejarnos guiar por nuestro corazón.
Nuestra visión mejoró y a muchas cosas le hemos encontrado lo positivo, porque nuestros pensamientos así nos lo demostraban.
Y la energía supo encontrar el destino y nos encontramos con ella y nos hizo compañía.
Y la divinidad volvió a jugar a nuestro favor y nos permitió cruzarnos con alguien que pensaba y sentía igual.
Con sus propias diferencias; el amor los hizo iguales.
Espejos que se reflejaban en el corazón y ambos seres, se hacían uno.
La mágica unidad que surge del amor puro, desde la pasión de saber que hay vida después de todas las adversidades.
Perlada es la vida que quiero a tu lado; perlada es mi mirada al verte; perlada es el hada que supo elegirnos entre toda la humanidad.
MARIANO SANTORO