Pétalos que acarician, ya que han nacido de una raíz mujer.
Pétalos que suavizan la existencia con tan sólo observarlos.
Pétalos que iluminan el ser, porque la naturaleza nos hace maravillarnos de tanta belleza.
Conjunto de mujeres que se han dado la fantástica oportunidad de vivir y ser especiales y únicas.
Un mundo rodeado de hermosuras que surgen desde la misma tierra madre.
Un corazón protegido por estos pétalos, que laten y dan vida y aumentan la esperanza de seguir viviendo.
Pétalos que emocionan y nos motivan.
Pétalos que abrazan en instantes que necesitamos mimos.
Pétalos que son capas y aumentan la capacidad de la mujer.
Habilidades que nacieron para sobresalir.
Fuerza interior que contagia a flores amigas que crecen a su lado.
Un inmenso ramo de bellezas naturales que alegran la visión y amplían el panorama.
Pétalos que no se dejan atar porque han nacido de la libertad.
Pétalos que besan suavemente a quien se acerca y sabe apreciarlos.
Pétalos que suman, que crecen y alimentan a quien sabe condimentar para tener una vida sana.
Seducen, destacan, sobresalen y siguen creciendo.
Se abren a destinos imaginados desde sus comienzos como semillas de vida y amor.
Sienten, perciben y perfuman caminos que los humanos deseamos transitar.
Pétalos que guían y dejan huellas y rastros para marcar los sueños que ya comienzan a hacerse realidad.
MARIANO SANTORO