El corazón comienza a llenarse de regalos.
La vida abrió sus puertas y la esperanza se alegra de saber que el tiempo ha llegado a su punto ideal.
Las situaciones por las que he pasado, pertenecen a ese tiempo de la historia.
Muchos premios aparecen cuando uno está predispuesto y libre de mochilas.
Las piezas se ordenan y se acomodan en el lugar preciso para dar el mensaje correcto.
Las semillas, bien sembradas en el alma, florecen y su aroma, toma control del cuerpo.
El perfume invade todo el ser y la sutileza del amor, se hace presente.
Y es en ese presente en donde aparecen los regalos de la vida.
Brindando por la salud que marcará el rumbo hacia el nuevo destino.
Las cajas que contienen sorpresas salen a la luz para poder iluminar el camino.
Las copas, pluralizan el momento deseado y anhelan esa compañía que está ahí, cerca de mi visión y parte de mi misión.
La inspiración surge de entre los más profundos sueños y quiere disfrutar.
Los colores logran la tonalidad para sorprender y querer alegrar lo que esté por llegar.
El futuro es una llave de la que soy dueño.
Abro lo que sólo sea positivo y me conduzca por los sabios caminos del romanticismo.
La escenografía juegan a favor y el día y la noche, se han juntado; al igual que mis ganas de eternizar mis sentimientos.
Regalos que tienen otros en su interior; obsequios que atesoran la preciosidad de las circunstancias.
Y que llegado el tiempo exacto, renacen para que se los valore por todo lo que tienen para ofrecer.
Todo mi ser está presente y con un paso hacia adelante, para saludar al amor que fluye de mí y se transforma en la persona que quiero ser.
MARIANO SANTORO
