miércoles, 30 de diciembre de 2015

Ordenar

Es momento de ordenar el placard en el que guardamos una gran cantidad de cosas y es tiempo de seleccionar lo que tenga que quedar.
Hemos conocido muchas historias y en muchas nos hemos involucrado.
Fascinantes momentos que ya son parte de la historia y sólo es necesario dejar las que han servido como aprendizaje.
Ordenar es parte del crecimiento.
Es darnos la oportunidad de dejar las cosas que sumen, al alcance de nuestras manos para sostenerlas en esos instantes que estemos algo bajoneados.
Es comprender que todo tiene un motivo especial y que llega a nuestra vida, pero no todo es acumulable.
Ordenar es limpiar para que nuestra visión sea cada día más clara.
Poner en orden nuestra vida, nos hace mejores personas.
Ordenar la mente es dejar libre los pensamientos positivos para que fluyan con claridad.
Ya no necesitamos obstáculos; no queremos cantidad de cosas que tuvieron su vencimiento.
Es hora de regalarnos tiempo para ordenar todo el interior.
De bucear en las profundidades de lo físico, para llegar a lo espiritual.
De llegar al corazón, para dejar que libere los mejores sentimientos.
De acercarnos al alma y darnos cuenta y alegrarnos, que Dios siempre ha estado ahí para guiarnos.
De ver que el cuerpo, es un gran envase en el que somos los dueños absolutos de poner en él, lo que realmente queramos.
Y todas las emociones que llegan cuando nos sentimos limpios en todos los niveles, podemos visualizar mejor el orden.
Y lo externo también se va acomodando, porque los sueños comienzan a hacerse realidad.
Ordenar, es tener la habilidad de salir de nuestro ser y mirarnos a la distancia y descubrir que lo que vemos, nos agrada.
Ordenarnos, es estar preparados a que es el momento perfecto para amarnos y estar dispuestos a amar.
MARIANO SANTORO

lunes, 28 de diciembre de 2015

Rastros

Rastros invisibles que perduran a través del tiempo.
Rastros emocionales que han sabido hacer algunas modificaciones.
Rastros de algo que nunca sucedió, pero la mente pudo fabricarlos.
Rastros de sentimientos que pueden confundir al más enamorado.
Rastros de una persona que estuvo instantes y que el destino no dejó que se quede.
Rastros de situaciones infantiles donde la infancia, jugaba al amor.
Pequeños momentos que uno los ha hecho enormes para darle sentido a la anécdota.
Regalos que se recibieron como algo habitual y había mucho mensaje en ellos.
La codificación de todo lo que se ha dicho, no alcanzó para ser comprendido.
Una flor de papel lleva consigo más cariño del que se puede dar con una flor comprada.
El arte juega un rol en las relaciones humanas.
La creatividad, hace que no exista la rutina.
Pero en este caso no hubo de ninguna clase, porque los alumnos faltaron a la clase donde se hablaba de 2 lindas personas con ganas de hacerse una sola. 
Él, quería encontrarse a través de ella y ella, se estaba perdiendo la vida.
Elegir camino erróneos no es igual que rechazar a una persona sin decir una palabra.
Los silencios fueron el lengüaje cotidiano en esta historia que duró un poco más que un sueño.
Y había llegado el día en que era hora de despertarse de ese sueño y ver lo que realmente era realidad.
Rastros que se extrañan por no dejar buenos testimonios palpables.
Y este coleccionista, sólo puede conformarse con una historia que jamás fue escrita.
MARIANO SANTORO

viernes, 25 de diciembre de 2015

Navidad

Bienvenida la Navidad que nos da la gran y maravillosa oportunidad de poder renacer.
Es regresar a nuestra esencia.
El mágico nacimiento de ser quien queremos ser.
Nacemos para encontrarnos a nosotros mismos y para encontrar un sentido de vida.
Es como regresar al núcleo de lo que fuimos creados para recuperar la mayor fortaleza del amor y poder darla en gratuidad. 
Cada instante es para disfrutarlo de la mejor manera.
Y cada estrella que nace a través de nuestro ser, brilla en nombre del amor.
Transmitimos una luz de vida, porque la Navidad vive en nosotros y la emanamos.
Estamos llenos de la energía que asombra y contagia, la de la sana costumbre de hacer el bien y ser solidarios.
Empatizamos con la vida porque somos agradecidos.
Somos como los bellos árboles que crecen con el cariño de la energía agua y el calor cariñoso del sol.
Nos agrada adornar nuestra vida mientras crecemos en todos los sentimos y nos llenamos de buenos sentimientos.
Expresamos buenas emociones y nos alimentamos con el amor natural.
La Navidad nos permite relucir y abrazarnos a la vida.
Navidad es saludar a todas las personas que nos rodean y de las cuales nos atrevemos a sentir cosas especiales hacia cada una.
La Navidad es dar un paso hacia nuestra meta y deseos, mientras vamos dejando el pasado para darnos un hermoso futuro.
Y el presente es el mayor regalo que un niño puede recibir y el que vive en nosotros, sabe agradecer.
Adornarnos es valorarnos.
Y por sobre todas las cosas que podamos llegar a realizar, siempre somos conscientes de que la mayor estrella que está bien arriba, siempre guiará nuestro camino.
MARIANO SANTORO

lunes, 21 de diciembre de 2015

Reflejo

La vida, para muchas personas, sería más sencilla si se atrevieran a observar su reflejo.
Lo que ha vivido cada uno ha sabido dejar malas marcas y huellas que se transformaron en cicatrices.
Mirar lo que sucede alrededor y ver toda esa realidad que creemos que cada día es más real.
No existe mayor ficción que la que dejamos creer que es verdad.
Y cuando ese reflejo va tomando la transparencia adecuada, se va modificando lo que vemos.
Nuestra mirada se focaliza más y confirmamos que no se trata de una nueva realidad, sino que es la misma que antes no nos atrevíamos a ver, por diversos motivos como fobia o miedos que manteníamos de tiempos remotos.
Y cuando nos animamos a tomar el control de nuestra vida, somos nosotros mismos los que reflejamos algo fascinante.
Incluso en espejo en el cual nos miramos, le prestamos más atención, porque vemos otras cosas.
La mirada es más profunda y llega más lejos.
Esa distancia que se abre, es como el destino lleno de oportunidades.
Se amplía nuestra visión e incluso las expectativas.
El reflejo de lo que alguna vez quisimos ser hoy se hace visible.
La claridad del amanecer también la disfrutamos desde otra perspectiva.
Todo que transcurre es especial, porque tomamos la decisión correcta de dar ese paso tan necesario para el cambio.
Y todo el cuerpo se va acoplando a esa nueva manera de observar y prestar atención.
Vamos generando algo especial que se adapta fácilmente porque es para progresar.
Y quedarán espejos rotos con diferentes partes de un pasado que ya no regresarán.
Lo que más importa es el espejo en el que nos reflejamos y nos damos más valor mediante la autoestima.
Mi reflejo es que se expresa con mis propias acciones y formas de observar la vida, desde la visión positiva.
MARIANO SANTORO

sábado, 19 de diciembre de 2015

Proceso

Todo en la vida, tiene un proceso.
Cada instante tiene su propio peso y su validez.
La importancia con la cual vivimos ese proceso, es clave para continuar viaje.
En nuestro mundo espiralado, vamos transitando y conociendo todo lo que se presenta a nuestro alrededor.
Y llega la sorpresa y todo lo que comenzamos a prestar más atención.
Cada vez que ampliamos nuestros conocimientos, crecemos como seres humanos.
Vamos dejando atrás lo que ya cumplió su ciclo y no es que se termina, porque la vida comienza cada día con sus maravillosas oportunidades.
Las charlas tienen otros colores porque disfrutamos de compartir una mesa enriquecedora con personas que hacen sus aportes y todo sigue creciendo.
Y el niño interno que siempre tiene ganas de jugar, ayuda al hombre a ponerse de pie y aceptar sus nuevas responsabilidades.
Y ese es un nuevo proceso que se lo vive con toda la garra y el poder de saber que hay muchas puertas por abrir si se trata de seguir aprendiendo.
Nuestro ser se va transformando en lo que queremos ser, porque se fortalece la voluntad de saber que podemos dar más de nosotros.
La misión solidaria y de ayuda a nuestro prójimo, es también un proceso interno sanador.
Vivencias de experiencias en las que las emociones positivas florecen.
Y todo es rico, todo es mágico y real, porque nos vamos alimentando de todo el amor divino que vive en cada uno.
Y no se trata de régimen o dieta, sino de alimentar el alma con nuestras acciones y poder comprobar que las personas mejoran, porque nosotros hemos mejorado.
Una hermosa cadena empática donde la ayuda se encuentra en abrazos interminables que nos miman.
Caricias de vida que nos confirman que el camino es el correcto y que hay mucho por descubrir.
En cada viaje hacia nuestro núcleo, vamos abriendo las expectativas y nuestros sueños ya tiene la clave para hacerse realidad, superando toda virtualidad.
Y el proceso que nos toca, es el premio a modo de recompensa por el simple hecho de dar; esa pequeña palabra, pero con un inmenso poder sanador.
MARIANO SANTORO

jueves, 10 de diciembre de 2015

Sonrisa

Una sonrisa es una de las mayores expresiones que se puede observar cuando alguien está bien.
La sonrisa no miente; no tiene máscaras, sino que puede tener capas que son parte de nuestro rostro.
Y cada una de esas capas, significan vida, mucha vida vivida.
Una boca que dice con gestos.
Gestos que contagian y alegran a todos los que miran.
Cada sentido está presente y se potencia cuando hay una sonrisa.
Y para los dueños de esas sonrisas, nos dan ganas de contar el motivo.
Aunque muchas veces sólo se trata de estar pasando por un buen momento.
Y la sonrisa son instantes que se quedan y sirven como buenos recuerdos.
Todo el cuerpo toma conciencia de que esa sonrisa viene para quedarse.
Y exteriorizamos emociones que motivan a seguir accionando desde el bien, porque el bienestar, puede ser algo constante.
Y las veces en que algo quiere opacarnos, esas sonrisas estarán grabadas en nuestro ser.
Y nuestro entorno, las personas que más nos quieren, estarán para hacernos recordar los momentos en que sonreímos.
La sonrisa da vida, sana cada herida y nos dice que debemos continuar.
Que en cada sonrisa que le regalemos al mundo, nos permitimos oportunidades.
Una sonrisa abre puertas y sabe agradecer.
Cuando nos miramos en un espejo y aparece esa bella sonrisa, nos alienta a tener una jornada única.
Cada sonrisa, es dar un paso hacia el lugar deseado, adelantar la esperanza que tuvo lugar en muchas noches de sueños alegres.
Y es muy placentero que cuando le damos una sonrisa a la vida, del otro lado, hay una bella persona que valora nuestra acción y se suma en una hermosa cadena emocional y sanadora.
MARIANO SANTORO

lunes, 7 de diciembre de 2015

Momento

Momento que nace desde el más puro deseo.
Momento de poner pausa y disfrutar para recuperar fuerzas y seguir.
Momento en donde las imágenes se proyectan y me muestran instantes de felicidad.
Momento en el cual me observo y veo crecimiento; me autocritico y a la vez, me alegro.
Momento en el que me atrevo a mirar hacia el futuro y la sorpresa sigue latente.
Momento de ver el presente que me regala la divinidad que me guía.
Momento de pensar que aún hay algo más para lograr.
Un camino lleno de colores que divierten y alegran a la vista.
Y no se trata sólo de ver, sino de sentir esos colores, de hacerlos piel y llevarlos como tatuajes que contienen energía.
Cielo que se abre y me muestra la misma paz que deseo viva en todo mi ser.
Arco iris que maravilla, que en cada color hay un mensaje que se va despejando, al igual que ese bello cielo.
Y la luna me observa, me brinda su luz nocturna y me hace compañía.
Y el sol que se atreve a salir en horarios distintos y se hace amigo para darme su abrazo de calor.
Calor y color, mirar y vivir, sentir y ser.
Momento de detener las manecillas y darme cuerda para volver al ritmo que me llevará a los mejores lugares.
Momento de curvas, porque son necesarias para confirmar que ya no pasaré por determinados espacios.
Momento de hacer espacio en mis recuerdos y llenarlos con todo lo que esté por venir.
Momento de luz que llega y la oscuridad abandona el contexto, porque el entorno deseado, es sólo de brillantez.
Momento de paz y de prepararme para amar, porque mis latidos saben que éste, es el momento perfecto para dar lo más profundo que vive en mí.
MARIANO SANTORO