Más allá de las circunstancias y más allá de todo lo que pueda sucedernos, hay vida.
A cada persona que nos rodea, le pasan cosas y no todas son aptas para contar.
Las anécdotas se oscurecen porque no han sido del color deseado.
Y crecemos y vivimos tratando de hacer lo mejor posible y con algún sueño aún por cumplir.
Los dolores han comenzado a desvanecerse.
La esperanza ha estado ahí y hoy quiere tomar un rol importante en la vida.
Las limitaciones sólo han sido mentiras de la mente.
Más allá de uno, hay una hermosa vida por vivir.
Siempre hay algo nuevo por descubrir.
Lo que hoy consideramos un tope, puede llegar a ser el primer escalón de algo mucho mejor.
La superioridad no se trata de dar órdenes, sino que desde la humildad, uno se da permiso para crecer.
Observando a los demás, aprendemos y salimos del ego que enferma y daña.
Y cuando estamos bien parados en la vida, con las emociones listas, es el momento para volar.
El horizonte se abre para darnos paso a lo que ni siquiera nos atrevimos a soñar.
Porque la sorpresa es el hecho de que cada día nace distinto y con su propia sabiduría.
Las enseñanzas del sol que está para iluminarnos el camino a seguir.
Y la versión que teníamos de nosotros mismos, se potencia.
Más allá de uno, hay un corazón que también quiere latir al ritmo del amor.
Y la fusión de ambos, es el regalo que Dios nos tiene preparado.
MARIANO SANTORO