Quiero, pero no por ambición, sino por una buena elección de mi decisión.
Quiero material, porque sé transformarlo en espiritual.
Quiero soñar, porque tengo la fe de hacerlo real.
Quiero despertar, para poder agradecer.
Quiero sentir, principalmente, porque lo puedo decir y lo quiero practicar.
Quiero observar, así puedo seguir aprendiendo.
Quiero enseñar desde la humildad.
Quiero proyectar, porque la esperanza es mi amiga.
Quiero un buen mundo para vivir, porque sé que hay otros que también lo anhelan.
Quiero relajarme, porque percibo que alguien me puede mimar.
Quiero crecer, porque mis ramas tienen mucho por abrazar.
Quiero seguir siendo positivo, porque lo negativo se aleja solo cuando uno opta por sumar.
Quiero, porque creo sentirme merecedor de esa sensación.
Quiero querer y desear que me deseen.
Quiero escuchar nuevas palabras, para poder disfrutar de mis silencios al oírlas y anexarlas a mi lenguaje.
Quiero colorear los momentos oscuros de las personas que quiero.
Quiero sentirme que me extrañan, porque en los próximos encuentros, daré lo mejor de mí.
Quiero seguir percibiendo, porque me ayuda a saber por qué lugares caminar.
Quiero mucho, pero no pido, porque sé ser paciente y la espera, también es sabiduría.
MARIANO SANTORO