Hoy es un día muy especial, ya que tengo una cita con el amor.
Esa máxima expresión del ser humano cuando se conecta con su verdadera esencia.
Ese comportamiento que nos hace mejores personas.
La conexión divina que nos permite salir de nuestra unidad para multiplicarnos.
Generalmente, cuando uno tiene una cita, se prepara de una manera especial.
Cada uno se toma su propio tiempo sabiendo que lo que vendrá, será algo que nos brindará mucha alegría y satisfacción.
Pero no se trata de vestir el cuerpo, sino de desnudar el alma.
Abrirnos a la pureza del amor.
Llegar a la cita y relajarnos, para poder mostrar y practicar la confianza y el respeto que se merece.
Y simplemente, hablar con el corazón.
Todo aquello que guardamos tanto tiempo.
Aquéllos sueños que tantas veces quisimos repetir sin animarnos a hacerlos realidad.
Soltarnos, para que el mismo amor que vive en nosotros, fluya.
Darnos la maravillosa oportunidad de darle la bienvenida a este presente, sabiendo que se abren puertas de nuestro futuro.
Fortalecer la fe, porque es lo que junto al amor, nos puede salvar.
Unirnos, a nuestros más puros sentimientos.
Observar lo que nos pasa interiormente y descubrirnos vivos y con esperanza.
Emocionarnos, porque el amor es lo más real que nos puede suceder.
Y agradecer por poder sentirnos amados, por el amor de Dios y de la que quiere sumarse a nuestra vida.
MARIANO SANTORO
