Horas extensas y amargas en las que los relojes se llenaban de ansiedad.
La dulce espera de momentos agradables, se hacían eternas.
Y la vida tiene sus altibajos.
Nosotros, sólo tratamos de ir esquivando los obstáculos y de tropezar lo menos posible.
Las caídas suelen hacernos mucho daño si no estamos bien parados.
Y las misiones personales se llenan de sueños e ideales.
Y la vida tiene mucho por descubrir.
Hay tanto en nosotros que muchas veces nos fijamos más en lo externo.
Y tantas veces nos hemos llenado de preguntas en vez de vaciarnos con las soluciones que vamos creando desde la positividad.
Aprovechamos las fechas especiales para darle un mejor uso a los recuerdos.
Esperamos las fiestas anheladas para reencontrarnos con gente querida.
Brindamos y le damos importancia a esos 3 deseos.
Y el inmenso poder que está por encima de nuestro ser, es quien observa nuestros movimientos.
Los pasos que damos no siempre son los adecuados.
Y en búsqueda de lo correcto, restamos relevancia a lo inesperado.
La sorpresa que llega desde un destino que no nos atrevimos a imaginar.
Y nuestra sed de conocimiento y sabiduría, nos hace beber del agua que alguna vez rechazamos.
Y somos nosotros los que debemos y tenemos que darnos las oportunidades.
Hay muchísimas experiencias por vivir si nos animamos a tomar la bebida de vida.
MARIANO SANTORO