El mágico misterio de las relaciones nos hizo cambiar los planes que teníamos.
El cine, tuvo que esperar un tiempo antes de esa salida especial.
Y el encuentro tuvo que ver con la salud en todo sentido.
Uno se cura cuando hay amor en su vida y alrededor.
Las caricias se hicieron presente ante la presencia especial de una mujer única.
Gustos definidos y con una personalidad fuerte; bien Canceriana.
El cuidado de esta enfermera emocional hizo lo suyo y el resultado fue una conexión en todos los sentidos.
Logramos armonizar y sintonizamos en lo físico, aunque también viajamos a lo espiritual.
El verdadero placer es el que uno se siente libre y se deja llevar.
Los pensamientos tienen que quedarse fuera, ya que tendrán su tiempo para hacer lo suyo.
Los cuerpos querían hablar y se comunicaron de la mejor manera.
Historias que se contaban tan sólo con el contacto corporal.
Alejados de historias incompletas, nos animamos a escribir la propia.
Y nos fuimos acercando a los sentimientos.
Las notas empezaban a fluir y lograbamos la melodía perfecta.
Y como la vida también tiene sus sorpresas; los tiempos humanos tienen su propio aprendizaje.
Hay instancias en que nos gustaría repetir una lección, pero la voluntad juega un rol muy importante.
Desencuentros que se espaciaron y todo quedó grabado en la memoria y en el corazón.
Hoy, ese cuerpo musical, es el que me hace bailar, porque me ha tocado conocer una de las mejores canciones de mi vida.
MARIANO SANTORO
