Tu cerebro ha sabido guardar mucha información a través de los años.
Etapas vividas con la intensidad de cada acontecimiento.
Situaciones en las que has aprendido a dejar la impresión necesaria de que de todo se sale.
Estuviste en lugares, incluso mentales, donde las dudas han tomado el control por un tiempo.
Y ese tiempo pasó, quizás, perdiéndote la oportunidad de vivir algo que realmente podría haberte dejado el mejor recuerdo.
Un recuerdo de lo que se vivió, aunque hoy tan sólo es parte de la fantasía y de un sueño sin realizarse.
Tu cerebro le ha dado mucha importancia a los pensamientos.
Y el corazón, aprendió a protegerse.
Quizás, ese mismo corazón no supo abrir las puertas mentales para animarse a jugar al gran juego del amor.
El azar ha estado de otra manera y no se le dio el valor de ese momento especial.
Y escuchar la propia voz, se complica cuando hay tanto ruido en la mente.
Dormir no siempre ha sido una tarea agradable.
Pero la memoria no falla cuando el sentimiento fue verdadero desde el primer instante.
Hoy, presente en mi adultez, te observo a la distancia.
Y aún sigo dejando salir sonrisas que me hacen bien.
Me permito regalarme todo lo bueno que he hecho en tu nombre y en nombre de lo que sentí.
El cielo que me ilumina, suele dejar salir alguna estela de esperanza.
Un souvenir privado que guardo en todo mi ser.
Y le hablo a tu corazón y en tu mirada, recuerda el amor, porque es lo que siempre dejaré.
MARIANO SANTORO
